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Los inversores redoblan la confianza en la deuda española a largo plazo

La fuerte demanda de bonos despega a España de los países más castigados

Álvaro Romero

España se aleja con rotundidad del grupo de países castigados por los inversores. La subasta de bonos del Tesoro celebrada ayer permitió sacar a la economía española del grupo las denominadas periféricas por su falta de credibilidad exterior. Aunque todavía no ha alcanzado niveles idóneos de crecimiento ni crea empleo, la cuarta economía del euro cuenta ya con la renovada confianza de los inversores, un factor indispensable para poder dejar atrás sus problemas. Si hasta ahora el alivio de la presión sobre la deuda española se había limitado a los títulos a corto plazo, el Tesoro cosechó ayer un importante éxito en su primera subasta a largo plazo desde que la tormenta griega comenzó a remitir.

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El mercado ya no sitúa a España en el grupo de cola que componen Grecia, Portugal e Irlanda y que siguen padeciendo sus envites. Los inversores han pasado del temor a la creencia; de recelar de los planes antidéficit del Gobierno a acompañarles en su calvario, del sufrimiento a la fe, describía ayer el influyente Financial Times.

A diferencia de lo ocurrido un día antes con Portugal, el Tesoro español consiguió alcanzar los objetivos máximos de la subasta sin problemas al vender 4.000 millones de euros en títulos a 10 y 30 años con una demanda que duplicó la oferta. Y por sexta subasta consecutiva, a precios más baratos que en las anteriores operaciones a los mismos plazos. Pero la mejora no se quedó ahí. Los tipos que aceptaron los inversores para comprar los bonos del Estado se situaron incluso por debajo del interés al que cotizan en el mercado secundario. Para ellos era fácil adquirirlos allí y garantizarse mayores rentabilidades, pero lo ocurrido ayer pareció algo cercano a un acto de fe.

El interés marginal -el último que se registra antes de cortar la subasta- de los títulos con vencimiento en 2020 se redujo ocho décimas hasta un "más que aceptable" 4,164%, según los analistas. El tipo de las obligaciones a 30 años ha caído en la misma proporción y, aunque no ha logrado bajar de la cota psicológica del 5%, se ha quedado cerca (5,08%). Además, la mayoría de compradores han venido desde fuera de las fronteras, según destacan fuentes del mercado.

Poco a poco se normaliza la situación, afirman desde el Tesoro en línea con la opinión de los analistas. España superó su particular puerto de montaña de primera categoría en julio, cuando vencían 20.000 millones. A partir de ahí, y al calor del buen resultado de las pruebas de resistencia a la banca, el viento sopla de popa, ya que no se esperan nuevos vencimientos de deuda hasta 2011.

"España se descolgó del pelotón a principios de año por la crisis de Grecia, pero desde el verano ha saltado del grupo de cola y pedalea para alcanzar al pelotón", explica José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, en alusión a la necesidad de seguir con las medidas de ahorro y crear empleo.

Alcanzar al grupo de cabeza también supondrá reducir la prima de riesgo -el diferencial entre la rentabilidad de los bonos de Alemania y los españoles- desde los 172 puntos básicos de ayer, pero en este caso lo "anormal" es lo poco que se paga por invertir en los bund alemanes.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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