Grecia empieza a negociar con el FMI y la UE la activación del rescate
Los bonos griegos marcan nuevos máximos al superar la cota del 8%.- La sociedad recibe a las delegaciones con manifestaciones y más huelgas
Con tres días de retraso, el Gobierno de Grecia ha iniciado hoy las negociaciones con el FMI y la UE para acordar el plan de medidas económicas a corto plazo que necesita el país para reducir el déficit, el primer paso para activar el plan de rescate. No obstante, el marco en el que van a celebrarse los contactos no es el más propicio para que Atenas pueda defender sus actuales políticas de recorte del gasto, ya que los mercados no ceden en su presión contra la deuda de la República Helénica. Coincidiendo con la apertura de las negociaciones, la rentabilidad que le exige el mercado para comprar sus bonos a 10 años ha rebasado hoy la cota psicológica del 8%, su nivel más alto desde que entró en el euro.
Tampoco en el interior del país la situación es menos halagüeña. Cientos de trabajadores y federaciones sindicales están llamados hoy a secundar nuevas huelgas en una jornada de protesta contra los recortes aprobados por el Gobierno. Con este panorama, al Ejecutivo de Yorgos Papandreu, que está entre la espada -los mercados- y la pared -el rechazo social a sus medidas-, no le va a quedar más remedio que solicitar más pronto que tarde la activación del mecanismo de ayuda.
En concreto, sus socios del euro le ofrecen créditos por hasta 30.000 millones de euros con un interés del 5% y el FMI otros 15.000 millones. Bruselas confía en que, pese a que el rescate debe ser aprobado por los Parlamentos de algunos países como Alemania, pueda ponerse en marcha en dos o tres semanas desde el momento en que Atenas lo solicite. El mecanismo prevé que, pida Grecia la cantidad que quiera, la ayuda financiera se repartiría en dos tercios en préstamos de la UE y el tercio restante del FMI.
La República Helénica asegura que cuenta con fondos suficientes para afrontar los compromisos de pago que tiene hasta final de mes. Para la deuda que vence a partir de mayo deberá acudir de nuevo al mercado, como ha hecho en las últimas semanas con emisiones a muy corto plazo, y pagar sus elevados precios. La otra opción es solicitar la ayuda de sus socios del euro. Según las estimaciones oficiales, de aquí a final de año necesitará unos 52.000 millones, aunque hay algunas voces destacadas del panorama internacional, como el presidente del Bundesbank (banco central alemán) y miembro del consejo del BCE, Axel Weber, que elevan esta cifra hasta los 80.000 millones. Se da la circunstancia de que los bancos de Alemania, Reino Unido y Francia serían los más perjudicados por una eventual suspensión de pagos de Grecia, ya que son los principales tenedores de sus bonos.
El castigo se extiende a Portugal
Los inversores ya han elegido a su siguiente víctima en la jungla en la que se ha convertido el mercado de deuda soberana: Portugal. Y están empezando a cebarse con él tras dejar malherida a Grecia. Condicionado por el temor de que tenga dificultades para cumplir con sus compromisos de pago debido a la complicada situación financiera de sus cuentas públicas, la rentabilidad de los bonos a diez años de Portugal ha aumentado al 4,77%, su nivel más alto en el último año. Con este repunte, el diferencial frente al bund alemán, de referencia, se ha disparado también a máximos desde marzo de 2009 y ha llegado a los 168 puntos básicos.
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