El boicoteo de los kurdos al Parlamento amenaza las reformas en Turquía
La justicia despoja de sus escaños a cuatro diputados procesados
Por si Turquía tuviera pocos problemas políticos, la judicatura acaba de crear un nuevo. Ante la constitución del nuevo Parlamento, prevista para mañana, el poder judicial se reafirmó ayer en su decisión de despojar de sus escaños a cuatro diputados elegidos en los comicios del pasado 12 de junio. Tres de ellos -dos del Partido Republicano del Pueblo (CHP, el principal partido de la oposición laica) y uno del Partido del Movimiento Nacional (MHP, extrema derecha)- están acusados de formar parte de una trama golpista que intentó acabar con el Gobierno del primer ministro, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan. El cuarto diputado es el kurdo Halip Dicle, condenado por "propaganda terrorista".
Desde que se produjo la decisión de la justicia no han cesado las llamadas al diálogo nacional por parte de los agentes económicos y sociales turcos. Y no es para menos: estos cuatro escaños podrían bloquear el futuro inmediato de la política nacional y retrasar la anunciada reforma constitucional. Acorde con la ley turca, cuando un partido pierde un escaño pasa a ser ocupado por la formación que mayor número de votos haya sacado en los comicios, en este caso el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP). Los islamistas moderados, que este año revalidaron su mandato por tercera vez consecutiva, obtuvieron 326 escaños sobre un total de 550. De sumar cuatro más, el partido de Erdogan conseguiría el número de representantes necesario para redactar en solitario una nueva Constitución y someterla a referéndum sin el apoyo del resto de las formaciones políticas.
Sin embargo, los kurdos no se lo van a poner tan fácil. Los 36 diputados nacionalistas kurdos elegidos en los comicios han anunciado que boicotearán mañana la ceremonia de constitución de la Asamblea y que no tomarán posesión de sus actas. Según la legislación turca, si el 5% de los escaños del Parlamento quedan vacíos, se deben volver a cubrir en una elección parcial transcurridos tres meses. El bloque del Partido de la Paz y la Democracia (BDP), bajo cuyo paraguas se presentaron los diputados kurdos independientes, supera con creces ese listón legal, lo cual obligaría a repetir los comicios en las circunscripciones que representan.
El boicoteo puede paralizar durante tres meses el Parlamento y poner en peligro la futura reforma constitucional. Además, amenazaría con disparar la tensión en la región del sudeste de Anatolia, de mayoría kurda, agravada tras el anuncio de la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) de poner fin a su alto el fuego y volver a las armas.
Erdogan instó el sábado a los grupos políticos y los agentes sociales a buscar el consenso para la nueva Constitución "sin presiones y con el mayor compromiso posible". Sin embargo, no habló de ninguna solución para lo que mañana pueda acontecer en el Parlamento de Ankara durante la jura de la Constitución. El BDP, por su parte, reiteró su intención de seguir adelante con el boicoteo "hasta que el AKP cree una atmósfera democrática" suficiente.
Para Mustafa Akyol, columnista del diario Hurriyet, "el Gobierno debería tomar cartas en el asunto y buscar una buscar una salida legal" al conflicto político. Akyol recuerda que el propio Erdogan, condenado por la justicia en 1998, no pudo presentarse a los comicios de 2002 y que, a pesar del triunfo del AKP, tuvo que esperar cuatro meses para presentarse a una elección parcial y poder ser primer ministro.
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