Otro vaivén para el pacto de gobierno

El PP ha pasado en cuatro días de la alegría que desplegaban el pasado lunes algunos de sus principales dirigentes tras el fallo del Tribunal Supremo contrario a la presencia de Bildu en los comicios a la decepción que trasladaban ayer, desde primera hora de la madrugada, por la decisión opuesta del Constitucional. A ese malestar se suma la irritación por las declaraciones comprensivas con Bildu o de apoyo claro que en los últimos días habían repetido diversos dirigentes socialistas, encabezados por el propio Patxi López. Ayer mismo, cuando EL PAÍS le comentaba a un destacado miembro de la ejecutiva popular la reclamación que el lehendakari había lanzado a Bildu para exigir la desaparición de ETA, la espontaéna respuesta reflejaba todo ese malestar: "¡Ya podía haberlo dicho antes!"

Los populares quieren pasar ya la página de Bildu en esta campaña

Pese a este clima, y las presiones de los sectores más a la derecha tanto del partido como de los medios de comunicación nacionales, el PP vasco mantiene su respaldo al pacto por el que sostiene al Gobierno de López. "Estamos tranquilos y no vamos a hacer nada raro", destacaba ese mismo miembro de la dirección que encabeza Antonio Basagoiti. Eso sí, "esta es una más, que no fortalece el pacto y supone más desconfianza", en palabras de otro parlamentario. "No se ha sabido dar la talla, pero hay que actuar con serenidad, sensatez y responsabilidad", apunta un tercero.

En el seno del PP vasco se rebajaba ayer el tono de las críticas a los magistrados del Constitucional que el propio Basagoiti planteó en la misma apertura de la campaña. "No cabe otra cosa que respetar el fallo, aunque las diferencias entre unos jueces y otros genera confusión en los demócratas y envalentona a Batasuna", apuntan fuentes populares. Estos medios justifican incluso las críticas iniciales de su jefe de filas a los magistrados del Constitucional como un mensaje que era casi inevitable a un electorado "muy mosqueado". Con todo, el partido ya había esbozado su discurso y estrategia ante la posibilidad, luego confirmada, de que el Constitucional diese vía libre a Bildu.

La cúpula del PP vasco se ha mantenido en casi permanente contacto con la dirección de Génova, con el propio Mariano Rajoy a la cabeza, Federico Trillo o Soraya Sáenz de Santamaría para analizar la situación y ofrecer una respuesta coordinada. También se han intercambiado impresiones con responsables del PSE.

El PP vasco quiere pasar ya la página de Bildu y centrarse en la economía y el empleo, los ejes de su campaña, pero es consciente de las presiones que le llegan de su propio entorno. Ayer mismo, dos de los tres antecesores de Basagoiti en el cargo -Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz- volvían a exhibir el discurso más duro. El primero, por ejemplo, sostenía que "la irrupción de ETA en los Ayuntamientos", lo cambia "todo" respecto al pacto con los socialistas. Y en perspectiva está la nueva manifestación que preparan asociaciones de víctimas contra Bildu y que va a obligar a los populares a pronunciarse en plena campaña.

Los populares recalcan que sus números electorales nunca han contado con la coalición soberanista como factor, ya que sus principales apuestas se dan en Ayuntamientos donde la presencia independentista no ha sido muy notoria. Pero también son conscientes de la necesidad de redoblar esfuerzos cuando muchos de sus ediles probablemente deban afrontar de nuevo cuatro años de presión social.