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El PNV evita recibir a Bildu como un rival por la hegemonía soberanista

La coalición pone su mira en Guipúzcoa y 59 Ayuntamientos vascos y navarros

La decisión que demandaba la mayoría del espectro político y social vasco se ha confirmado y Bildu estará en las elecciones. Los grandes partidos reflexionan ahora sobre las repercusiones que tendrá su presencia en las urnas del 22-M. Al margen de socialistas y populares, que podrían ver contrariada una posible suma de votos en algunas plazas, el PNV emerge como principal afectado teórico. Su escenario de pactos poselectorales se ha complicado, al igual que su papel de eje entre constitucionalistas e independentistas, dado que tendrá que decantarse por unos u otros allí donde no logre el apoyo preciso para gobernar. Aún así, los peneuvistas descartan por ahora rivalizar pública y políticamente con la coalición por el aprecio del electorado soberanista.

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Guipúzcoa se presenta como el principal escenario de la batalla, donde se presupone un reparto de fuerzas que obligará a alcanzar acuerdos para asentar una mayoría de gobierno. El PNV se halla en la situción más incómoda, porque, además de gobernar en la Diputación, es el único partido que contempla opciones de acuerdo a los dos lados de la vbaraja. Bildu aspira a ganar las elecciones forales en este territorio, y, cuando menos, a arrebatar al PNV el liderazgo de la familia nacionalista. No venderá barato un posible acuerdo, al tiempo que encontraría el argumento ideal para sus críticas un entendimiento peneuvista con el PSE.

La presencia de la coalición juega también contra los intereses del PNV en Vizcaya, donde su papel hegemónico podría quedar minimizado. Ello se podría repetir en no pocos municipios y contrasta con las declaraciones que ayer realizó el propio líder peneuvista, Iñigo Urkullu. "Hemos hecho lo posible y casi lo imposible. Hemos hecho cosas que se pueden contar y otras que no para que Bildu esté en las elecciones", aseguró en Vitoria. Acto seguido, explicó que no ha sido la coalición el motivo de esas gestiones de las que no dio más detalles, sino la defensa de la democracia y del "interés" de una sociedad vasca de la que sostuvo que le perjudica más una posible reedición del pacto entre socialistas y populares.

Dirigentes peneuvistas descartan, por ahora, considerar a Bildu como un rival por la hegemonía del soberanismo. Saben que, más allá del logro que supone estar en las urnas, el reto ahora para la coalición es presentar unas propuestas de las que no se sabe nada concreto. Y es ahí donde el PNV lleva semanas de ventaja. Su apuesta por la gestión en los comicios que menos se prestan a la política general ha sido evidente en los primeros mítines. Los nacionalistas se presentan como "la única alternativa" a la unión que PSE y PP, a su juicio, pretenden extender a Diputaciones y Ayuntamientos, una afirmación repetida machaconamente a la que han recurrido como estrategia para movilizar a su electorado.

El descrédito hacia las opciones que Bildu tiene de gobernar, al menos las Diputaciones, no ha llevado al PNV, sin embargo, a descartar acuerdos poselectorales con la coalición. Miembros del partido se confiesan "abiertos" a todas las opciones, incluida la abertzale, aunque tampoco apuestan de antemano por ella. "El objetivo es ser primero la fuerza más votada y después, ya se verá", insisten.

Bildu sabe de sus opciones en Guipúzcoa y aspira a gobernar, además, más de medio centenar de Ayuntamientos en Euskadi y Navarra, al menos los 59 actualmente en manos de la izquierda abertzale y EA en ambas comunidades. ANV controla 43 consistorios, 34 de ellos en el País Vasco, a los que se suman los 16 de EA, tres en la comunidad foral. Se trata, en su mayoría, de pequeñas localidades, aunque algunos feudos históricos de la antigua Batasuna, como Pasaia, Hernani o Mondragón superan con creces los 15.000 habitantes.

El resultado del 22-M es el más imprevisible de los últimos años en Navarra, con un escenario completamente renovado tras las rupturas de UPN y PP, la de NaBai y la presencia, esta vez sí, de los votos de la izquierda abertzale y de una nueva coalición de izquierdas formadas por IU y Batzarre, informa Amaia Arrarás. En una comunidad con poco más de 600.000 habitantes, 13 formaciones han presentado listas para el Parlamento, cifra récord desde 1979. Bildu ha conformado medio centenar de candidaturas. Una de las más importantes, la del Legislativo, puede llegar a dificultar la mayoría de un posible Gobierno conservador.

Miembros de Bildu ultiman ayer la inauguración de su sede en Bilbao.
Miembros de Bildu ultiman ayer la inauguración de su sede en Bilbao.LUIS ALBERTO GARCÍA

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