El PP quiere una amplia victoria que fuerce las generales
Los populares buscan un resultado rotundo contra Zapatero
Al hilo de las encuestas sobre el 22-M que le son notablemente favorables, distintos dirigentes del PP se lanzaron ayer a pedir un amplio respaldo en las elecciones municipales y autonómicas que sirva para forzar una convocatoria anticipada de elecciones generales.
A esa tesis se sumaron, por ejemplo, el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, entre otros.
Este fin de semana, EL PAÍS publicó un sondeo según el cual el PP está en condiciones de sacar una ventaja de 5,8 puntos en las municipales en toda España y de reducir a escombros al PSOE en la Comunidad de Madrid.
Gallardón prevé un "nuevo ciclo" si el triunfo en la capital es arrollador
La tesis de la dirección del PP es que si la victoria es suficientemente amplia y se traduce en pérdida real del PSOE en feudos tradicionales, José Luis Rodríguez Zapatero no tendría más remedio que convocar elecciones, porque su situación sería insostenible.
González Pons aseguró que, en las elecciones municipales, "si se vota a candidatos del PP se envía el mensaje a Madrid de que se quieren elecciones generales ya. En estas elecciones se decide algo más que la persona que va a ocupar la alcaldía, ya que también se elige qué mensaje se quiere enviar a Madrid, y esta vez se eligen alcaldes, pero también se le dice a Zapatero sí o no", añadió el dirigente del PP.
En esta línea, Alberto Ruiz- Gallardón abogó por "una mayoría lo más amplia posible [en Madrid], que nos permita que lo que en estos momentos ya es una diferencia clara con el resto de España se incremente hasta que se produzca lo que todos los españoles estamos pidiendo". A su juicio, España "pide un nuevo ciclo político que se inicie con unas nuevas elecciones generales, de las que salga un Gobierno que marque los caminos económicos para acabar con la mayor crisis económica de los últimos años".
El PP, subido a la ola de las expectativas de las encuestas, pretende de esta forma convertir las elecciones municipales y autonómicas en una especie de plebiscito sobre Zapatero y su política. Es decir, que se canalice el malestar de los ciudadanos en las urnas. Ese malestar, según el PP, viene de la crisis económica y el desempleo, y por eso mantendrá este asunto como centro de las intervenciones de Rajoy durante la campaña.
Para eso necesita que el triunfo se traduzca en visible pérdida de poder del PSOE. Por ejemplo, en Castilla-La Mancha y en ayuntamientos como Barcelona y Sevilla. De esa forma, asegura el PP, las elecciones primarias del PSOE y la sustitución de Zapatero tendrían que celebrarse en un clima de presión hacia el actual presidente del Gobierno.
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