Israel redobla la presión económica
El Gobierno israelí suspendió ayer la transferencia a la Autoridad Palestina de 300 millones de shekels (60 millones de euros) de impuestos y gravámenes que, conforme a los acuerdos de paz, recauda en su nombre porque quiere asegurarse de que el dinero no acabará en manos de Hamás. Fatah, el partido que gestiona la Autoridad Palestina en Cisjordania, y los islamistas de Hamás, que controlan Gaza, tienen previsto sellar su reconciliación esta semana.
El ministro de Economía israelí, Yuval Steinitz, advirtió: "Creo que la carga de la prueba está en los palestinos, [ellos] deben darnos garantías de que el dinero entregado por Israel no va a Hamás, una organización terrorista". El primer ministro palestino, Salam Fayad, pidió a la comunidad internacional que intervenga para que Israel le transfiera el dinero, unos fondos que suponen el 70% de los ingresos de la Autoridad Palestina. "Las amenazas no impedirán que concluyamos nuestro proceso de reconciliación", aseguró Fayad. Israel ha congelado en varias ocasiones durante los últimos 10 años las transferencias a los palestinos.
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