"Hay que impedir a toda costa una matanza mediante el diálogo"
Muchos de los artistas más conocidos de Siria rehúsan hablar de la situación que atraviesa su país. Una célebre escritora llora tras descolgar el teléfono y escuchar al periodista que la llama. "Lo siento, pero no sería prudente conversar con usted", se lamenta entre sollozos. "Ya me gustaría poder hacerlo", afirma antes de colgar.
Hala Mohammad, de 54 años, originaria de Latakia (noroeste de Siria), formada en París y ahora residente en Damasco, sí se atreve a hacerlo, no sin antes insistir a su interlocutor que "respete escrupulosamente sus palabras".
"Tengo miedo por mi país", confiesa de entrada esta cineasta y poetisa. "Y además estoy triste por los muertos de estos días en Deraa", que Buthayna Chaabane, consejera del presidente Bachar el Asad, reconoció implícitamente durante una conferencia de prensa el jueves.
"Quisiera que no hubiera más víctimas", prosigue Hala Mohammad. El periodista objeta que el viernes ya se han producido más muertos a causa de los disparos de las fuerzas del orden contra la muchedumbre que se manifestaba a la salida de las mezquitas. "No tengo constancia de que así sea", objeta, tajante, la cineasta.
"Los que dieron las órdenes de reprimir violentamente en Deraa", prosigue, "deben ser castigados". El presidente El Asad ya destituyó el jueves al gobernador de esa provincia. "Las autoridades locales han actuado de forma estúpida y orientado las cosas de una manera que nadie desea", sostiene.
"La gente reivindica de manera pacífica y lo que pide es justo", sentencia Hala Mohammad. El Asad, recuerda el periodista, ya anunció una subida importante de los sueldos de los funcionarios y una cierta apertura política e informativa. "Creo que constituyen una buena base para la discusión entre el pueblo y el Gobierno", comenta.
"Los que están en el poder también son ciudadanos y quieren evitar que el país tenga un porvenir negro", continúa Hala Mohammad. "Hay que hacer algo para impedir una matanza". ¿Qué? "El camino es el diálogo y tratar de responder a las necesidades de la gente".
La cineasta asegura no haber tenido ningún problema con la policía, "y eso que hice un trabajo sobre las cárceles". "Fui interrogada, pero, tras escuchar mis explicaciones, se me dejó trabajar", recuerda.
¿Hay tensión estos días en Damasco? ¿Las protestas de Deraa son un tema recurrente de conversación? "Pues claro", contesta. "Si algo parecido hubiera sucedido en España supongo que el tema estaría en boca de todos".
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