Griñán aboga por mejorar la autonomía

Desde hace más de 10 años, la celebración del Día de Andalucía y la publicación de encuestas sobre intención de voto coinciden y comparten un protagonismo que casi siempre se ha saldado en favor de la conmemoración del referéndum de acceso al autogobierno celebrado el 28 de febrero de 1980. Esto ocurría así hasta el pasado año, cuando por primera vez la mayoría de sondeos apuntaron a una ventaja del Partido Popular.

Doce meses más tarde esta situación no solo se repite, sino que la distancia de la derecha sobre los socialistas en Andalucía se ensancha. La encuesta de Metroscopia para EL PAÍS, publicada ayer, daba una diferencia de 12,5 puntos del PP sobre el PSOE y vaticinaba un triunfo de los populares por mayoría absoluta tras 30 años de gobiernos del PSOE.

"Puede resultar conveniente hacer un análisis sobre el modelo", afirma

Cree fundamental la colaboración entre administraciones para el empleo

Los socialistas andaluces siguen sin dar mucho crédito a estos sondeos, argumentando que aún queda un año para la convocatoria de las elecciones autonómicas que, según ha dicho ya el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, se celebrarán el 4 de marzo de 2012. Consideran que su achacosa salud electoral no es irreversible y ponen el acento en la desmotivación del 30% de su electorado para destacar que no hay que dar nada por perdido y que se puede remontar. La primera prueba que medirá el músculo de los partidos se producirá en menos de tres meses, cuando se celebren las elecciones municipales.

En los corrillos posteriores a los actos institucionales de la entrega de medallas y distinciones de Andalucía -en los que destacó Alfonso Guerra, elegido hijo predilecto de la comunidad-, los comentarios sobre las encuestas; el caso del presunto fraude en los expedientes de regulación de empleo (ERE) pagados con fondos públicos; y la sucesión como candidato socialista de José Luis Rodríguez Zapatero dominaban las conversaciones. Y en un plano muy secundario se situaba el debate sobre la utilidad de las comunidades autónomas, a las que algunos señalan como las principales responsables del déficit del Estado.

En su segundo año como presidente andaluz, Griñán hizo una encendida defensa del Estado de las autonomías y se situó entre los que abogan por un debate sobre el funcionamiento del modelo autonómico, pero bajo la premisa de que el punto de partida no debe ser el de dar "pasos atrás", sino el de mejorar y perfeccionar el actual.

"Abrir un proceso de análisis sobre un mejor funcionamiento del modelo puede resultar razonable, incluso conveniente", dijo Griñán, "pero no para desnaturalizarse", sino "para tratar de mejorarlo". En su opinión, el mejor modo de "arruinar" la discusión sobre las autonomías es situarse desde posiciones extremistas: entre los que defienden "el regreso al centralismo" y las de quienes "creen que el Estado autonómico ha de servir para eliminar las transferencias interterritoriales y crear marcos fiscales propios insolidarios".

Griñán evocó lo que supuso el 28 de febrero de hace 31 años. Ahora que desde posiciones nacionalistas se cuestiona el café para todos surgido a raíz de aquel referéndum, recordó que "no se luchó para ganar un sitio de privilegio, sino para garantizar la igualdad de todos los españoles", para impedir que las diferencias se convirtieran en razones para la desigualdad. Para el presidente andaluz este objetivo sigue estando vigente y es el que debe mantenerse en relación con debates futuros.

Otros dos mensajes lanzó Griñán en el acto institucional de entrega de medallas: la necesidad fortalecer la autonomía de los ayuntamientos descentralizando competencias de las comunidades y la cooperación entre todas las administraciones para conseguir la creación de empleo. "Soy consciente", dijo el presidente andaluz, "de que el ejercicio de la ciudadanía se ve mermado sin la posibilidad y el derecho que tenemos todos y cada uno de nosotros a desarrollarnos con un empleo estable", enfatizó.

En el acto celebrado en el Teatro de la Maestranza de Sevilla hubo dos destacadas ausencias: la ya casi habitual del presidente regional del PP, Javier Arenas, quien sí acudió al pleno institucional en el Parlamento, y la del presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Santiago Herrero. Este justificó su absentismo en que no había ningún empresario entre los galardonados en esta edición.