Rubalcaba anuncia "un acelerón" en la reforma de las cajas esta semana
El Gobierno debe decidir sobre la forma jurídica y la recapitalización
Llega el momento de la nueva vuelta de tuerca a la reforma de las cajas. El vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció ayer en Guadalajara que esta semana será "muy importante", puesto que el Gobierno dará "un acelerón" a la reforma del sistema financiero, "fundamentalmente de las cajas". Lo previsible es que eso implique modificaciones legales que se aprueben en el Consejo de Ministros de este viernes, junto con la propuesta del Gobierno para la reforma de las pensiones, haya o no acuerdo con los sindicatos.
El Gobierno podría presentarse así con los deberes hechos ante la visita de la semana siguiente de la canciller alemana, Angela Merkel, a la que el Ejecutivo concede una enorme importancia.
Zapatero podría presentarse con los deberes hechos ante la visita de Merkel
Junto a la reforma, esta semana parte de las cajas publicarán sus datos de riesgo inmobiliario. También se esperan anuncios por parte de las entidades de avances en su transformación, tales como una mayor integración de activos de aquellas que han optado por los sistemas institucionales de protección (SIP) o la aportación del negocio financiero a un banco por aquellas que aún mantienen la figura de caja, como La Caixa.
La obligatoriedad de traspasar el negocio financiero a un banco parece totalmente decidida. La nueva frontera que las cajas no quieren que se traspase es la de su conversión en fundaciones. Con la ley actual, las cajas pueden operar a través de un banco, pero mantener su personalidad jurídica de entidad de crédito, su regulación y sus órganos de gobierno. Pueden ser cajas accionistas de banco y solo pasan a ser fundaciones si su participación en el banco cae por debajo del 50%. Pero al Banco de España le gustaría que todas fuesen fundaciones, acabando de un plumazo con cualquier posibilidad de interferencia autonómica en la regulación y supervisión. La influencia de las comunidades quedaría limitada a la que pudieran ejercer sobre las fundaciones, pero no podrían vetar ni poner trabas a las fusiones entre bancos de esas fundaciones en virtud de sus normas autonómicas.
El Gobierno tiene que decidir si da ese paso o si se conforma con la solución intermedia de que las cajas pervivan aunque estén obligadas a operar como bancos, el mínimo aceptable por la patronal del sector, la CECA.
El otro punto clave de la reforma es la posibilidad de inyectar directamente recursos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) en el capital de las entidades. Ahora las inyecciones son en forma de participaciones preferentes o cuotas participativas a reembolsar. Pero para la nueva recapitalización se pretende abrir la posibilidad de inyectar de forma directa capital, con la toma de una participación pública temporal en las cajas con problemas.
El Gobierno, además, se plantea de qué modo dar poderes al Banco de España para exigir una solvencia más alta y obligar a las entidades a recibir inyecciones de dinero público incluso en casos en que estas no lo ven imprescindible. Se estudia, por ello, si elevar legalmente esas exigencias de solvencia.
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