La fiscalía marroquí investigará los ataques
Marruecos reaccionó ayer con una rapidez inusual a las primeras acusaciones formuladas por Human Rights Watch (HRW), la ONG estadounidense de defensa de derechos humanos que fue autorizada a viajar al Sáhara Occidental y que constató que había heridos de bala entre los saharauis que padecieron la represión policial.
La fiscalía de El Aaiún anunció en un comunicado que ordenaba la apertura de una investigación sobre la existencia de "heridos de bala durante los desórdenes y actos de violencia que El Aaiún padeció el 8 de noviembre" tras el desalojo forzoso, por las fuerzas de seguridad, del campamento de protesta saharui erigido en las afueras de la capital y que llegó reagrupar a 20.000 personas.
Un día antes Peter Bouckaert, director de emergencias de HRW, declaraba que durante su visita a El Aaiún vio a saharauis brutalmente agredidos "hasta el punto de perder la conciencia, incluso a mujeres". "Hay gentes a las que les han orinado encima, algunos tenían heridas graves y no se les permitía tratamiento médico, incluso heridas de bala", añadió.
Peter Bouckaert se refirió a un caso en el que las fuerzas de seguridad, "después de pegar a un grupo de siete hombres dispararon a uno de ellos en una pierna". El representante de la ONG dio, no obstante, por bueno el balance de muertos en los enfrentamientos del 8 de noviembre suministrado por el Ministerio del Interior: 11 miembros de las fuerzas de seguridad y dos civiles.
El independentista Frente Polisario ha llegado a hablar de "decenas de muertos", pero sin dar sus nombres lo que resta credibilidad al balance.
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