Montilla hace público su patrimonio: 365.000 euros

El reto lanzado el pasado miércoles por Joan Herrera, líder de Iniciativa per Catalunya (ICV), para que todos los candidatos a las elecciones al Parlamento de Cataluña hicieran público su patrimonio ha originado una carrera de candidatos para dar a conocer sus bienes. Y ahora ya solo faltará el líder de CiU, Artur Mas, porque el otro que quedaba, el candidato del Partit dels Socialistes (PSC), José Montilla, explicó ayer su patrimonio y ya ha hecho los deberes.

Los bienes del presidente de la Generalitat constan de planes de pensiones por valor de 87.516 euros, 13.000 euros en repartidos en varias cuentas corrientes y también comprende participaciones en fondos de inversión y de otros activos financieros por 265.000 euros. En total 365.516 euros. Montilla no tiene bienes inmuebles ya que la casa donde vive es propiedad de su mujer, la concejal de Sant Just Desvern, Anna Hernández. El presidente de la Generalitat tampoco tiene coche en propiedad. Mañana lunes Artur Mas presentará su patrimonio.

Transparencia de electos

Otro elemento que descubrió ayer Montilla en el mitin de Girona fue el "contrato de servicio público". Es decir, que si el PSC gobierna cumplirá con la promesa que hizo cuando estalló el caso Pretoria, que se saldó con la dimisión del alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Muñoz, así como su expulsión del partido. Los socialistas se obligaron a elaborar un "contrato de servicio público" en la Convención Municipal del PSC, del 7 de noviembre de 2009. Entonces, Montilla ya se comprometió, pero ha rebajado un poco el tiro. Si los compromisos de transparencia en 2009 abarcaban a todos los candidatos socialistas, ahora este código afecta solo a los "cargos electos y altos cargos de la Administración".

Con la idea de poder "devolver la confianza a los ciudadanos", todos los parlamentarios y altos cargos de la Generalitat deberán firmar y cumplir un conjunto de compromisos de carácter ético. El PSC los enmarca en tres bloques: compromisos de transparencia de la economía personal, otros de calidad en el ejercicio de la función y, finalmente, también compromisos de ejemplaridad en la actividad política y pública. Por ejemplo, si un cargo público socialista comete fraude fiscal o tiene intereses no declarados en el extranjero "deberá abandonar su responsabilidad".