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El conflicto del Sáhara

Marruecos busca a los líderes saharauis

La policía marroquí registra las casas de los 22 miembros del comité que organizó el campamento de protesta - Las víctimas mortales ascienden a una veintena

Mientras trata de restablecer el orden en El Aaiún, Marruecos busca a aquellos que lo quebraron. La policía marroquí registró ayer numerosas viviendas en busca de los que dirigieron el campamento de protesta saharaui en las afueras de El Aaiún y de los activistas extranjeros -entre ellos al menos dos españoles- que les acompañaron.

Durante el asalto a Agdaym Izik, donde convivían unas 20.000 personas, hubo 65 detenidos, según Mohamed Guelmouss, gobernador de El Aaiún, pero aún deben de faltar algunos cabecillas de lo que fue la mayor protesta civil saharaui desde 1975.

"Han ido, entre otros lugares, a todas las casas de los 22 miembros del comité que organizó la logística de Agdaym Izik", el campamento, explica por teléfono el vecino de uno de ellos. "Pero no han encontrado a nadie y siguen buscando", añade satisfecho.

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El Frente Polisario, que lucha por la independencia del territorio, sostiene que hay 159 desaparecidos, la mayoría detenidos arbitrariamente. Entre ellos está Ennaama Asfri, uno de sus intelectuales más prestigiosos, que residía en París pero se sumó a la protesta.

A la "represión policial se añadió el amedrentamiento de los saharauis por parte de marroquíes exaltados azuzados por las fuerzas del orden", afirma por teléfono un vecino de Matalá, un barrio saharaui.

Las fotografías que algunos han tomado a escondidas desde sus casas muestran coches destrozados a golpes y jóvenes llevándose mercancías de tiendas saqueadas que, aseguran los autores de las instantáneas, pertenecen todas a saharauis.

"Desmiento categóricamente todas las informaciones sobre enfrentamientos entre ciudadanos, declaró Mohamed Dkhissi, el jefe de la policía de El Aaiún. Solo se han producido, según él, choques "entre grupos de ex delincuentes y las fuerzas del orden, que supieron mantener su sangre fría para evitar pérdidas humanas entre los civiles".

El balance de muertos en las filas de las fuerzas de seguridad que proporciona el Ministerio del Interior de Marruecos no para de crecer. Ayer se elevó a ocho.

Rabat reconoció ayer que también había fallecido un saharaui, de 26 años, empleado por el Office Chérifien des Phosphates (OCP), la mayor empresa marroquí.

Para el Polisario el número de muertos entre los civiles asciende a 11, aunque no ha facilitado su identidad. En los barrios saharauis de El Aaiún circulan media docena de nombres de víctimas mortales de las cargas de los antidisturbios marroquíes. El movimiento independentista sostiene también que hubo 723 heridos. En la tarde de ayer fue hallado muerto un niño de siete años en el barrio de Duerat, según fuentes saharauis.

Dkhissi, el jefe policial, aseguró ayer que la situación en la capital sahariana es "estable y normal" desde la tarde del lunes. "La tensión tiende a disminuir, pero aún se producen escaramuzas", matiza un saharaui.

"La ciudad no ha recuperado aún su pulso normal", prosigue este vecino del barrio de Nagjir, aunque el toque de queda, vigente durante la noche del lunes al martes, ha sido levantado.

Mientras persistan esos choques y continuen las pesquisas policiales en busca de los responsables, es probable que El Aaiún siga siendo una ciudad vetada para la prensa extranjera.

Por segundo día consecutivo las autoridades marroquíes impidieron ayer a un grupo de 13 periodistas, mayoritariamente españoles, volar de Casablanca a El Aaiún. Cuando llegaron al aeropuerto sus reservas habían sido misteriosamente anuladas por la RAM, la línea aérea marroquí, y a aquellos que habían conseguido una tarjeta de embarque, el personal de la compañía se la retiró.

Los vuelos de Las Palmas a El Aaiún, que operan dos compañías canarias, también están suspendidos. A la altura de Tan Tan, en el sur de Marruecos, un control policial en la carretera impide a los extranjeros entrar en el Sáhara.

La prensa marroquí aprueba el desmantelamiento por la fuerza de Agdaym Izik. "El Ministerio del Interior se equivocó cuando se sometió al chantaje de los desplazados [saharauis] y demostró una tolerancia excesiva hacia los actos ilegales" que perpetraron, editorializa Akhbar al Youm, uno de los diarios más independientes.

Otro rotativo de oposición, el islamista At Tajdid, arremete contra la dirección del campamento, que "aprovechó las contradicciones internas [en la cúpula del poder en Rabat] para debilitar y chantajear a Marruecos".

Al concluir en Nueva York las conversaciones informales auspiciadas por Naciones Unidas, Marruecos y el Polisario acordaron ayer reunirse de nuevo en diciembre y a principios de año, según Christopher Ross, enviado de la ONU para el Sáhara, informa Efe.

Mientras, México movía ficha para que se convoque una reunión informativa del Consejo de Seguridad sobre el desmantelamiento del campamento. España no se sumó a la iniciativa. México pretende que el Deparamento de Operaciones de Paz de la ONU elabore un informe sobre lo sucedido en el Sáhara.

Manifestantes arrojan piedras durante el estallido de violencia en El Aaiún tras el asalto marroquí al campamento saharaui.
Manifestantes arrojan piedras durante el estallido de violencia en El Aaiún tras el asalto marroquí al campamento saharaui.

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