División ante el creciente poder talibán
Dos altos mandos de EE UU reabren el debate sobre la retirada de Afganistán
El atentado de ayer pone en evidencia la dificultad de las tropas extranjeras para completar su misión y formar a las fuerzas de seguridad afganas antes de una retirada cuyo inicio Washington ha programado para julio de 2011. Los talibanes han incrementado ataques y asesinado a más de 950 civiles en los primeros seis meses de año. Ante el incremento de la violencia, diversos mandos del Pentágono han pedido a la Casa Blanca que se replantee esa fecha de repliegue. Los últimos han sido el teniente general encargado de entrenar a las tropas afganas y el comandante al mando de los marines.
El martes, en el caso más claro de confrontación con la Casa Blanca, el comandante del Cuerpo de Marines, general James Conway, aseguró en el Pentágono que la fecha de repliegue "probablemente alienta al enemigo".
Obama pierde aliados. Holanda ha retirado tropas y Canadá se va en 2011
Conway, que se jubila en otoño, no ha tenido reparos en admitir que muchos líderes del Pentágono opinan que Obama simplemente ordenará el repliegue de un número testimonial de soldados y que el grueso de la misión afgana permanecerá inalterada durante muchos más meses. "Entiendo que la ciudadanía se esté cansando de la guerra", dijo. "Pero nuestro enemigo también se está cansando".
Previamente, el teniente general Bill Caldwell, que está al mando de las labores de adiestramiento de las tropas afganas, había expresado sus dudas de que éstas puedan tomar el relevo en un año. Dijo que, según sus cálculos, y en un año, las fuerzas de seguridad afganas constarán de 305.000 tropas. Esa cifra, sin embargo, se podría ver mermada por los numerosos casos de deserción y las bajas en combate. "No podremos culminar la construcción de un Ejército nacional hasta octubre del año que viene", añadió en videoconferencia desde Afganistán. "Eso no quiere decir que previamente, en un año, no podamos cederles el liderazgo en pequeños puntos aislados".
El primero en asumir esa campaña de resistencia militar a los planes de la Casa Blanca fue el general al mando de las tropas coaligadas en Afganistán, David Petraeus, quien dijo en una entrevista concedida el pasado 15 de agosto al canal televisivo NBC que la fecha debería ser flexible y que el Pentágono debería considerar si los líderes afganos estarán preparados para asumir la responsabilidad única de combatir a los talibanes y a Al Qaeda.
Rápidamente, la Casa Blanca desestimó esta petición. Obama dijo, a través de sus portavoces, que no habría flexibilidad en el inicio de la retirada, que comenzaría ineludiblemente en verano de 2011. Aun así, desde el Ejecutivo no se confirmó cuánto duraría y cómo se efectuaría ese repliegue. A principios de año, y a petición de los líderes militares, Obama autorizó un incremento de 30.000 tropas en la misión bélica.
En los primeros ocho meses de 2010 han fallecido 462 soldados de la OTAN en Afganistán, según cifras del Pentágono. De ellos, 297 eran norteamericanos; 87, británicos; 13, canadienses, y 11, franceses. El año pasado fue el de mayor número de bajas militares aliadas, con 521 soldados de la OTAN muertos en combate. A principios de agosto abandonaron Afganistán las 1.800 tropas holandesas que habían estado de servicio en aquel país. Y el año que viene saldrán los 3.000 soldados canadienses. Mientras, las 30.000 tropas de refuerzo enviadas por Obama desde EE UU acaban de llegar este mismo mes.
Ese refuerzo ha supuesto un giro considerable en la forma en que EE UU ha luchado en Afganistán desde 2001. En mayo del año pasado, Obama eligió al general Stanley McChrystal, experto en contrainsurgencia, para asumir el mando de las tropas aliadas. Así EE UU pasó de un planteamiento bélico de combate tradicional a uno eminentemente contrainsurgente, centrado en operaciones especiales. Según la cúpula del Pentágono, ese planteamiento ha comenzado a dar sus primeros resultados ahora.
McChrystal fue defenestrado en junio por insubordinación, después de conceder una entrevista a la revista Rolling Stone en la que expresaba dudas sobre la capacidad de mando de Obama y se burlaba del vicepresidente Joe Biden. Petraeus, que había sido elegido previamente por Bush para asumir el mando de las tropas norteamericanas en Irak, tomó el relevo. Según un informe de la ONU de reciente publicación, la muerte de civiles se incrementó en un 20% en el primer semestre de 2010, en comparación con las cifras correspondientes a 2009. Entre enero y junio fueron asesinados 1.271 ciudadanos afganos.
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