La antítesis del estereotipo
Si hay alguien que no responde a los estereotipos políticos al uso, ese es Tomás Gómez. ¿Por qué afirmo esto? Es un político de los que tienen vocación de servicio y compromiso ideológico. Pocas veces se le oirán frases hechas o eslóganes publicitarios en política. Trabaja con la gente y para la gente de forma infatigable.
Siempre ha sido un firme defensor de las primarias, cuando se implantaron en el PSOE. Él mismo se enfrentó para la alcaldía de Parla a unas primarias, frente a su compañera Rosa Alcalá en 1999. Tomás ganó limpiamente e inmediatamente la incorporó a su equipo como teniente de alcalde; hasta hoy, Rosa forma parte de su ejecutiva y es una persona muy cercana a él.
Habría que recordar que después de unos meses de gestora en Madrid, después de la dimisión de Rafael Simancas, se enfrentó en julio de 2007 también a primarias: sus compañeros oponentes en ese momento eran José Cepeda y Manuel García Hierro. Ganó las primarias y fue secretario general con un porcentaje de votos que no se había conocido en el Partido Socialista de Madrid desde hacía décadas; quiero recordar también que Cepeda forma parte de su ejecutiva actual; si algo se puede decir de Tomás es que siempre suma; es absolutamente escrupuloso con las normas democráticas de su partido y al servicio de su partido. Yo misma, accedí a ser presidenta del Partido Socialista de Madrid, a propuesta de él; y aun cuando nunca había ocupado ningún cargo orgánico acepté, porque era él quien me lo proponía.
Lo que es cierto es que Tomás Gómez es un político que tiene muchos matices, y a mi modo de ver esto es una virtud. No tiene un pensamiento lineal: se sigue preguntando qué es lo mejor para la gente y entre las múltiples respuestas que puede encontrar, sopesa cuál es la mejor para los ciudadanos y para su partido. Tiene en la cabeza el futuro Gobierno de la Comunidad de Madrid para los socialistas, conoce a fondo los problemas de esta Comunidad y los ha contrastado con la gente, entre otras cosas, en las Asambleas abiertas con los ciudadanos, que es una forma de hacer política directa y muy valiente.
En Madrid ha habido una oposición clara y contundente al PP, tiene nombre y se llama Tomás Gómez: en sanidad, en educación, en dependencia, con la gente en los hospitales y en las escuelas... ha mantenido un diálogo permanente con los sindicatos, cuando la presidenta de la Comunidad ha confrontado con ellos. Cuando ha tomado la decisión de presentarse como candidato, mediante primarias, hay que recordar que fue el primero que lo propuso; no ha sido pensando en sí mismo sino todo lo contrario: ha pensado en la gente de Madrid, en el partido que lidera y en un proyecto colectivo que en estos últimos tres años ha ahormado con una renovación importante del propio partido, sin excluir a nadie y en un diálogo permanente con los militantes y con la gente.
No tiene ningún problema en enfrentarse a primarias con otra compañera querida y respetada, por él, por la militancia y por mí como presidenta de este partido, Trinidad Jiménez; ella, de hecho, forma parte de su ejecutiva. Esto sí que es democracia pura y no lo que practica el PP. De estas primarias saldrá el proyecto socialista reforzado. La democracia nunca debilita. Tomás es un claro ejemplo de ello, siempre ha enfrentado primarias y siempre las ha defendido. Lo importante ahora es que las reglas de juego que nos hemos dado como partido se respeten por parte de todos, que nadie parta con ninguna ventaja previa y que los dos puedan presentar su proyecto a los militantes. Ellos tienen la última palabra.
Delia Blanco es diputada y presidenta del Partido Socialista de Madrid.
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