Jiménez abre la batalla de Madrid apoyada por la cúpula del PSOE
Zapatero y su núcleo asumen el riesgo de ser desautorizados si gana Gómez
Que la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, le dispute el puesto de candidato a presidente de la Comunidad de Madrid en 2011 a Tomás Gómez , líder del Partido Socialista de Madrid, trasciende la mera competencia entre dos compañeros de partido. Que Gómez haya rechazado dar un paso atrás en favor de su compañera, tal y como le pidió el presidente José Luis Rodríguez Zapatero implica que el resultado afectará al propio secretario general del PSOE y al núcleo central de su ejecutiva federal. Si Gómez gana las elecciones primarias y logra ser el candidato, la derrota de Jiménez se le endosará a Zapatero, al haber sido el impulsor de su candidatura.
De este riesgo es consciente el presidente del Gobierno y los miembros de la dirección socialista. No obstante, sostienen que merece la pena correrlo. Consideran viable quitar al PP su mayoría absoluta en la Comunidad con Trinidad Jiménez como candidata frente a Esperanza Aguirre. Es cierto que estimaron que Gómez atendería a este razonamiento, pero no ha sido así. Por tanto, habrá primarias porque Jiménez anunció ayer su candidatura.
"Tomás Gómez lo tiene más fácil que yo, pero nadie me gana en ganas"
Los dos sectores exigen neutralidad a los aparatos del PSM y del PSOE
"Llevo bastante tiempo pensando en esta decisión que he tomado hoy, y que me han pedido muchos dirigentes y muchos militantes; lo he meditado mucho y he considerado que los madrileños se merecen que el PSOE diera este paso", declaró Jiménez a las puertas del Ministerio de Sanidad. Buscaba asumir así la máxima responsabilidad de la decisión, con la evidente intención de descargar a Zapatero de la misma. Es más, incluso lo verbalizó. "El presidente no me ha pedido nada".
Antes de hacer esta presentación informal había telefoneado a Gómez para adelantarle su decisión. "Vaya semanita que hemos tenido", dice Jiménez que le comentó en esa conversación breve y de tono cordial por ambas partes. "Tengo un gran respeto por Tomás Gómez, que ha hecho un gran trabajo", añadió.
Pero la campaña ya ha empezado, así que aprovechó la ocasión para lanzar un mensaje de cierta modestia para tratar de desactivar la afirmación de que ella es la candidata del poder, del aparato federal. "Tomás Gómez lo tiene más fácil que yo, pero de algo sí estoy segura y es de que nadie me va a ganar en ganas por presentar un proyecto para vencer en Madrid", dijo.
Desde el sector opuesto, se insiste en la demanda "de neutralidad" a la dirección nacional. Así lo hizo ayer la portavoz socialista en la Asamblea regional, Maru Menéndez, mano derecha de Tomás Gómez. Las declaraciones a favor de Jiménez realizadas en las pasadas horas por Elena Valenciano y Antonio Hernando, dos pesos pesados de la ejecutiva federal, reforzaron si cabe esas llamadas a la neutralidad.
Al señalar que parte de una posición de desventaja, Jiménez alude a la queja de sus seguidores: el proceso de primarias lo controlará el PSM , dirigido por Gómez, y no la dirección federal. Tanto Valenciano como Hernando son, además, diputados por Madrid y militantes socialistas en la Comunidad.
Neutralidad al PSM, "cuyo secretario general es candidato en las primarias", es lo que pidió Valenciano en la cadena SER. "Neutralidad y limpieza, por supuesto, pero libertad para expresar cuál es la opción que unos y otros preferimos", advirtió.
No todo es lineal sin embargo en este proceso. Maru Menéndez, por ejemplo, además de ser dirigente del PSM es miembro de la ejecutiva federal de Zapatero. Y la propia Trinidad Jiménez pertenece como vocal a la ejecutiva de Gómez, y como tal a todos los órganos de dirección del partido en Madrid.
La ministra comenzó a comunicar ayer uno a uno a sus compañeros en la Comunidad su decisión de plantar cara a su secretario general; entre ellos, a David Lucas, portavoz socialista del Ayuntamiento, que ya se ha decantado por darle su apoyo.
Además, Lucas ha dejado claro que si Zapatero estima que Jaime Lissavetzky es el mejor candidato para arrebatar el Ayuntamiento de Madrid al alcalde popular, Alberto Ruiz Gallardón, él no será un obstáculo.
De momento, las principales descalificaciones le vienen a la ministra de boca de portavoces del PP, que consideran que no debería dirigir Sanidad durante septiembre, el mes en el que se desarrollará el proceso de primarias. Aguirre y Gallardón han mostrado en cambio su respeto por Jiménez.
Una situación similar puede darse durante la campaña interna. Mientras Jiménez y Gómez se han comprometido a mantener el respeto mutuo y las buenas formas, sus seguidores prevén dureza, tensión y mensajes cruzados poco amables. Ambos se juegan mucho.
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