Afganistán recuperará su soberanía en 2014
La coalición internacional acuerda transferir al Gobierno afgano la responsabilidad total de la seguridad en cuatro años - Kabul gestionará el 50% de la ayuda
La comunidad internacional y el Gobierno de Hamid Karzai se reunieron ayer en Kabul para enviar un mensaje al mundo: que tienen un plan y que este será ejecutado por los afganos. El año 2014 es la nueva fecha para comenzar a hablar de la retirada definitiva de las tropas de la OTAN, aunque Karzai lo dijo de otra forma: "Nuestras fuerzas de seguridad nacionales serán responsables de las operaciones militares en todo el país en el año 2014". Poco después, los más de 70 países que acudieron a la cita en Kabul suscribieron en un comunicado el nuevo objetivo del presidente. Estados Unidos tiene previsto empezar a reducir el número de tropas desplegadas en Afganistán en el verano de 2011.
Unos 600 millones serán destinados a la reintegración de 36.000 insurgentes
"Estaremos hasta que terminemos el trabajo", advirtió el líder de la OTAN
Dos conclusiones más de la conferencia. La primera es que el Gobierno afgano controlará el 50% de los fondos de ayuda comprometidos por la comunidad internacional. Hasta ahora la cuota era un 20% y Karzai pedía un porcentaje aún más alto. Para alguien que ha sido acusado de alterar el resultado de las pasadas elecciones y liderar un Gobierno corrupto, no está nada mal. Desde el inicio de la guerra, en 2001, Afganistán ha recibido ayuda internacional por un valor de unos 30.000 millones de euros.
La segunda es que Karzai sale fortalecido de una cumbre cuya celebración se vende como un símbolo de que Afganistán puede retomar su soberanía, lejos del padrinazgo del resto del mundo y sobre todo de Estados Unidos.
Las calles de Kabul amanecieron ayer vacías y con los comercios cerrados. Había controles de policía cada 100 metros y no se dejaba pasar a nadie que no llevara la acreditación para moverse por la zona. A pesar de que el avión en el que viajaba el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, tuvo que ser desviado la noche antes a una base militar americana por un ataque con misiles contra el aeropuerto de la capital, no hubo más incidencias y el Gobierno demostró que podía organizar una cumbre de estas características sin grandes problemas de seguridad. Aun a costa de los afganos, que no pudieron salir de sus casas.
En general, los miembros de las delegaciones que asistieron a la conferencia señalaron que había sido un éxito. Fuera de los micrófonos, la mayoría consideró que las ambiciones de Karzai para 2014 son todavía demasiado prematuras con la que está cayendo en Afganistán, donde los atentados se suceden en las provincias controladas por los talibanes. En lo que va de año, 380 soldados de la fuerza internacional han perdido la vida. En todo 2008, habían fallecido 295; en 2009, 521.
En lo que sí parece estar todo el mundo de acuerdo es en que el dinero invertido tendrá que ir no solo a la formación del Ejército y la policía afganos, sino en proyectos concretos de cooperación destinados a sacar de la pobreza al pueblo afgano.
Uno de los que más incidió en ese tema fue Ban Ki-moon, que subrayó la necesidad de respetar las costumbres y las tradiciones de los afganos si se quiere tener más éxito que la insurgencia. Algo que hasta ahora no se ha hecho, según precisó.
Otro de los planes del presidente Karzai, que ayer salió a relucir en la conferencia, es reintegrar a unos 36.000 insurgentes en la sociedad afgana. Ese programa de reinserción tendrá un coste estimado en unos 600 millones de euros, se llevará a cabo en 22 de las 34 provincias del país y consiste en negociar el abandono de la violencia a cambio de la libertad y de ayudas financieras.
Pese a apoyar a Karzai, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, le recordó los peligros de hacer tratos con los talibanes. Pero ese fue el tono de las declaraciones de ayer. Los representantes trataron de lavar la cara con sus palabras mientras tendían una mano al presidente afgano y le apoyaban punto por punto en su plan de futuro.
Por ejemplo, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, no puso peros a la fecha de 2014 anunciada por Karzai para empezar a tomar el control total del país. Pero al mismo tiempo dijo: "Estaremos hasta que terminemos nuestro trabajo. Nuestra misión finalizará cuando los afganos sean capaces de mantener la seguridad y la paz por ellos mismos". La fuerza internacional desplegada en Afganistán cuenta actualmente con unos 150.000 soldados.
Esas contradicciones son posibles en una cumbre internacional. Durante más de cinco horas, los representantes lanzaron discursos sacados del mismo molde, y desfilaron ante la prensa para decir lo mismo con otras palabras. Las frases de ayer ya se habían escuchado otras veces. Lo único que queda claro es que para la comunidad internacional Hamid Karzai es el único que puede sacar a Afganistán del pozo en el que se encuentra desde hace nueve años y que 2014 queda todavía muy lejos.
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