La ONU acuerda más sanciones contra Irán
El Consejo de Seguridad tiene previsto votar hoy la resolución - Ahmadineyad cierra la puerta a negociar el programa nuclear y advierte contra la adopción de medidas de castigo a su país
En medio de un delicado duelo diplomático que se libra actualmente con varios protagonistas relevantes y en distintos frentes, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas dejó ayer a punto la aprobación de un nuevo y más duro paquete de sanciones económicas contra Irán, que incluye la posibilidad de abordar los barcos y aviones iraníes con cargamentos sospechosos. Esta resolución, que será votada hoy mismo, supone una victoria para Estados Unidos y representa la última oportunidad de frenar el programa nuclear de Irán sin el uso de la fuerza militar.
Los cinco miembros del Consejo con derecho a veto (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y el Reino Unido) han llegado a un acuerdo sobre la aprobación de las sanciones, que solo quedaban anoche pendientes de un documento anexo en el que se detallarán las empresas iraníes que serán objeto del boicoteo internacional. Entre los miembros rotatorios, solo tres presentan actualmente objeciones: Líbano -un país árabe en el que tiene un enorme peso la organización chií Hezbolá, aliada de Irán-, Brasil y Turquía.
La resolución prevé abordar barcos y aviones con cargas sospechosas
Las sanciones no incluyen los negocios petroleros con la República islámica
Estos dos últimos países llegaron en mayo a un acuerdo con Irán que no convenció al resto de la comunidad internacional y se oponen a la aprobación de sanciones, por lo que es probable que ahora se abstengan en la votación. Es particularmente llamativo el caso de Turquía, que, después de la iniciativa con Brasil, está promoviendo ahora con Irán y Rusia otro intento de diplomacia alternativa a la comandada por Estados Unidos.
Rusia, que juega esa carta sin dejar de valorar la mejora de sus relaciones con Washington, ha recordado que sigue comprometida con las sanciones contra Irán. El primer ministro ruso, Vladímir Putin, presente en la cumbre de Estambul, declaró ayer que las sanciones estaban en camino y listas para la votación final.
Esa postura irritó al más observado de los participantes en ese curioso encuentro, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, que aconsejó a Rusia no sumarse a la voluntad de Occidente y advirtió a Estados Unidos que, si se aprueban las sanciones, puede olvidarse de cualquier posibilidad de solución negociada de la crisis nuclear. "Si el Gobierno norteamericano y sus aliados creen que pueden levantar un bastón y después sentarse a hablar con nosotros, están muy equivocados", declaró Ahmadineyad.
La causa de las sanciones, inicialmente promovida por Estados Unidos, Francia y Reino Unido ante el fracaso de todos los intentos de negociación con Teherán, cobró especial brío la semana pasada al conocerse un último informe del Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA), en el que advertía de que Irán está produciendo uranio enriquecido a mayor velocidad y con más alta pureza de lo que lo ha hecho jamás. Aunque Irán asegura que todo ese material es para uso civil, los expertos y el propio OIEA sospechan que el régimen iraní estará muy pronto en condiciones de fabricar armamento nuclear.
¿Podrá esta nueva ronda de sanciones impedirlo? Existen serias dudas. En los últimos años, Irán ha sido objeto de otras tres resoluciones con medidas de castigo contra su economía. Aunque las que ahora se votarán son más duras, ya que amplían el círculo de empresas e instituciones sometidas al bloqueo y da a los países el derecho a inspeccionar todo el transporte sospechoso, no solo el que se tenga certeza de su irregularidad, es posible que las autoridades iraníes encuentren la vía para paliar sus efectos.
Irán ha desarrollado, como muestra detalladamente un reportaje publicado ayer por el periódico The New York Times, una meticulosa estrategia para la compra y el transporte de material prohibido por la ONU, entre otras cosas armamento, sin ser detectado por los instrumentos de vigilancia de Estados Unidos y sus aliados.
La necesidad de un consenso entre los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad ha impedido la inclusión en el paquete de sanciones de la que, con seguridad, hubiera causado un gran daño a la economía iraní: la prohibición de los negocios petroleros con ese país. Aunque sea un gran productor, Irán necesita a las compañías extranjeras para el refinamiento de la mayor parte de su crudo.
La Administración estadounidense confía, no obstante, en que estas sanciones, pese a sus limitaciones, debilitarán al régimen iraní en la medida en que contribuyen a su aislamiento y reducen considerablemente su capacidad para responder a las demandas de la creciente oposición interna.
Los antecedentes
- Diciembre de 2006. El Consejo de Seguridad prohíbe la venta a Irán de material nuclear y congela los activos de empresas e individuos relacionados con su programa atómico.
- Marzo de 2007. Se veta el comercio de armas y se introducen sanciones financieras.
- Marzo de 2008. Se endurecen las restricciones financieras. En septiembre, China y Rusia se oponen en el Consejo a una nueva ronda de sanciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.