Egipto abre el paso fronterizo de Rafah
Hamás logra su primera victoria política con el levantamiento temporal de una de las fronteras de Gaza - Los dirigentes islamistas piden el fin del cerco israelí
Todos están hoy callados en el despacho de Fawzi Barhoum, portavoz del Gobierno del movimiento islamista Hamás en Gaza. Miran y escuchan en silencio la televisión. Sonríen, porque para variar hay buenas noticias en la franja de Gaza: el territorio palestino sometido a un implacable bloqueo israelí y destruido por las bombas de la última invasión a finales de 2008 en la Operación Plomo Fundido.
Egipto ha anunciado que abrirá el paso fronterizo de Rafah , lo que supone un levantamiento parcial del embargo. Al menos durante unos días permitirá a los habitantes con permisos la salida y entrada a la franja.
Hay más noticias. Manifestantes de medio mundo salen a las calles para pedir el fin del bloqueo. Kuwait protesta oficialmente... El trágico abordaje israelí a la flotilla de la libertad ha colocado el asedio de Gaza en la primera línea de la agenda política mundial. Mientras países y organismos internacionales claman por el fin del bloqueo , el movimiento islamista Hamás cosechó ayer su primer éxito tangible con la decisión de Egipto de desmarcarse, aunque sea temporalmente, de la política de asedio de su aliado israelí.
La frontera era ayer un hervidero de personas cargadas de maletas y bultos
"Al final solo pasan los enchufados de Hamás", se queja una palestina
La noticia de la apertura del paso de Rafah corrió como la pólvora por la franja. Al mediodía, la frontera del sur de la franja, la que linda con Egipto, era un hervidero de estudiantes, familias, coches y comerciantes. Cientos de personas se agolpaban ante las puertas del paso pertrechadas con maletas y todo tipo de bultos. Allí, los agentes vestidos de negro se arremolinaban alrededor de un transistor que daba cuenta de los ataques israelíes de ayer. Cinco presuntos milicianos palestinos murieron en la franja en dos ofensivas separadas, una en el sur a tiros y otra en el norte con bombardeos.
Los policías se olvidan por un momento del transistor y dicen que hasta mañana (por hoy) no se abrirá el paso, pero la gente no desiste. Enseguida empiezan los empujones y las quejas. "He escuchado la noticia por la radio y he venido corriendo. Quiero salir para ir al hospital y visitar a mi hermana en Egipto, pero seguro que al final solo pasan los enchufados de Hamás", se queja entre bocinazos Zakkya al Alem, con la galabiya (túnica) negra y el pañuelo en la cabeza.
El Ministerio del Interior de Gaza comenzó ayer a tramitar los permisos y a establecer la coordinación con Egipto para la apertura, prevista para hoy mismo, de Rafah.
Periódicamente, El Cairo abre la frontera para casos humanitarios. Esta vez, dicen en Gaza, es algo distinto. La idea es que permanezca abierta más tiempo de lo habitual y que afecte a un número mucho mayor de personas. Los dirigentes de Hamás cuentan con una apertura de al menos 10 días.
No ocultan los líderes del movimiento islamista, sometido al ostracismo internacional, su satisfacción ante la marea de solidaridad mundial que ha recibido su objetivo prioritario: el levantamiento del bloqueo.
"La estupidez israelí va a ser el principio del fin del embargo", sentencia Salah Bardawil, dirigente de peso en el Gobierno de Hamás. Y añade: "La brutalidad israelí ha escandalizado al mundo y ha reforzado mucho la legitimidad de Hamás. Ha redoblado el apoyo de los turcos y ha puesto a Egipto en una posición crítica que les ha obligado a abrir la frontera".
Barhoum, el portavoz del Gobierno, reconoce que la tragedia marítima supone una inyección de popularidad para Hamás y explica que el primer ministro, Ismail Haniye, quiere aprovechar este ambiente propicio y "está contactando con los líderes de los países árabes para pedirles que den pasos significativos en contra de la ocupación y a favor del levantamiento del bloqueo".
Nage al Batta, analista próximo a Hamás, lo explica de otra manera: "Si Hamás hubiera invertido un billón de dólares en propaganda no habría conseguido tanto para mostrar las consecuencias del bloqueo como Israel con el abordaje a la flotilla".
El tiempo dirá cuánto dura la apertura de Rafah y la presión internacional para poner fin al bloqueo, que dura tres años. De momento, el millón y medio de habitantes de la franja de Gaza continúan sometidos a un embargo que les impide viajar e importar y exportar libremente cualquier tipo de mercancías más allá de los productos que Israel permite y que entran con cuentagotas.
Falta casi de todo, principalmente, materiales de construcción con los que reparar los estragos de la invasión israelí de 2008. Lo que no falta, es porque entra por los túneles que comunican la franja de Gaza con Egipto, en los que pierden la vida muchos de los que se atreven a transportar bajo tierra. Entran todo tipo de productos a los precios que dicta la economía del contrabando; la misma que ha liquidado la tradicional clase empresarial de Gaza. El bloqueo crea desempleo y genera pobreza.
El número de refugiados que vive bajo el umbral de pobreza se ha triplicado desde 2007, según los datos de Naciones Unidas. Israel asegura que en Gaza no hay crisis humanitaria y que con su bloqueo quiere castigar a Hamás, un grupo islámico que no renuncia a la resistencia armada y que se niega a reconocer al Estado de Israel. Piensa Israel que si asfixian a la franja, sus ciudadanos terminarán por culpar a Hamás de sus desgracias.
El cerco a Gaza
- Bloqueo total. Israel endureció el bloqueo a Gaza en junio de 2007, después de que Hamás se hiciera con el control de la franja.
- Veto discrecional. No hay indicaciones precisas sobre los productos vetados. En estos tres años se ha prohibido la entrada de comida como carne fresca o mermelada. Se ha permitido importar agua mineral pero no zumos. Se han vetado los materiales de construcción
y se ha restringido el suministro de combustibles.
- Los efectos. Los suministros a la franja se han reducido a un tercio de los que llegaban antes de 2007.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.