El paro de larga duración se dispara tras dos años de crisis
Ocho de cada 100 hogares tiene a todos sus miembros activos sin trabajo - El desempleo se ceba en los hombres por el parón en la construcción e industria
El dato ya quedó destripado el pasado martes, cuando por culpa de un error informático del Instituto Nacional de Estadística (INE), el diario Abc adelantó que la tasa de paro había rebasado la frontera psicológica del 20%. 4,6 millones de hombres y mujeres españolas buscan trabajo, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año. Pero la estadística, que oficialmente se hacía pública ayer, todavía guardaba algunas sorpresas. Negativas todas ellas. Como por ejemplo, que la destrucción de empleo se ha cebado especialmente en los hombres durante el último año; que el número de hogares en los que todos los miembros activos están en paro sigue creciendo sin freno; o las mayores dificultades de encontrar trabajo para aquellos que ya llevan mucho tiempo sin ocupación.
1,8 millones de personas llevan más de un año sin encontrar trabajo
Por partes. El número de familias con todos sus miembros activos desempleados es unos de los aspectos más preocupantes por las repercusiones sociales que puede tener. Y la EPA muestra que no para de crecer: en el primer trimestre ha llegado a los 1,3 millones, tras haber aumentado un 21% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta lista negra supone ya el 7,6% de todos los hogares. Es importante señalar que en muchos de estos casos la persona de referencia, la fuente principal de ingresos, es inactiva pero tiene ingresos por ser pensionista o por otro motivo. En muchos otros, lo que se cobran son prestaciones o subsidios.
A las familias en las que no trabaja nadie se une otra bomba de relojería: los parados de larga duración, que también se han disparado en el último año. 1,8 millones de españoles llevan más de un año a la búsqueda de empleo. Y de estos, la situación es aún peor para 0,6 millones de ciudadanos: los que están esperando para colocarse desde hace dos años o más. "El repunte del paro de larga duración es de lo más preocupante, porque esas personas tienen cada vez más difícil colocarse incluso en el momento en el que la actividad económica se vaya a recuperar. Este factor es el que hizo que muchos países europeos, como España o Bélgica, lo tuvieran muy difícil para mejorar sus cifras de empleo durante los años ochenta del siglo pasado. Es muy difícil de resolver", señala Javier Andrés, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia. "Cuanto más tiempo están desempleados, más se desaniman, los empresarios les consideran peores candidatos y además van perdiendo cualificación. Se consolida su situación y tiende a convertirse en paro estructural", abunda Lorenzo Serrano, del instituto valenciano Ivie.
Esta crisis ha cambiado muchas cosas. Una de ellas es el reparto del trabajo entre hombres y mujeres. Ellas, tradicionalmente más castigadas por el mercado laboral, han salido mejor paradas de estos tiempos de recesión. Porque en el último año, ocho de cada diez de los 696.000 empleos que se han destruido estaban ocupados por varones. Hay ahora más de dos millones y medio de hombres a la búsqueda de trabajo. Ellos han salido peor parados por culpa de la crisis de la construcción y, en menor medida, de la industria.
Pero las mujeres también reciben golpes, porque en el primer trimestre del año han batido el triste récord de superar por primera vez los dos millones de desempleadas. La tasa de paro de ambos colectivos se ha estrechado hasta casi tocarse en el 20%, aunque sigue siendo ligeramente superior la femenina. "Es la mujer, una vez más, la que se anima a la búsqueda activa de empleo, reduciendo el efecto desánimo", subraya Francisco Aranda, presidente de Agett, la asociación de grandes empresas de trabajo temporal. El desánimo del que habla Aranda -salir de lo que se considera población activa por abandonar la búsqueda de trabajo- se hizo presente en los jóvenes. Es lo que le ha ocurrido a 48.000 menores de 25 años en el último trimestre.
Y hablando de colectivos desfavorecidos, los empleados con contrato temporal han vuelto a pagar en el trimestre el pato. Mientras que desde enero se han destruido 165.000 puestos eventuales, esta cifra se ha quedado en 74.000 entre los indefinidos, a pesar de que estos representen un 75% del total de asalariados. "Se rompe una tendencia, porque la crisis había empezado a hincar el diente sobre los indefinidos, pero la finalización del Plan E ha hecho que se vayan a la calle aquellos que contrataron para esas obras de corta duración", explica el profesor de la Universidad de Valencia.
El Gobierno descarta los cinco millones
Los expertos coinciden en que los datos de paro son aún peores de lo esperado. El Gobierno, inasequible al desaliento, sigue tratando de ver la botella más llena que vacía. El vicepresidente Manuel Chaves dijo el martes que la EPA del primer trimestre "va a suponer el techo del desempleo"; y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero pronosticó "una tendencia positiva en los próximos meses". Ayer mismo salió el número dos de Economía, José Manuel Campa, para reconocer que los datos "siguen siendo malos". Pero añadió inmediatamente que reflejan "signos positivos" y descartó que España vaya a llegar a los cinco millones de parados.
El comunicado oficial del INE sirvió para que el desempleo volviera a la refriega política habitual. El líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, calificó las cifras de "intolerables" y reclamó al Gobierno "un cambio radical" en su política económica.
De más calado fueron las reacciones del secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, que contradijo la doctrina gubernamental al asegurar que el paro "no ha tocado techo". "Creo que debe ser la duodécima vez o más que viene a decir que al mes siguiente vuelve a bajar. Nosotros queremos a la gente trabajando, no cobrando subsidios", dijo el líder sindical. UGT disparó en la misma dirección al señalar que la EPA constata que la recesión "no ha tocado fondo".
La patronal CEOE sacó mano de sus recetas habituales a la hora de valorar la estadística. "Para mejorar la competitividad de las empresas es necesaria, junto a la moderación salarial, la reducción de las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social", señaló en un comunicado. ATA, la asociación de autónomos, incidió en que la situación aún no ha tocado fondo y advirtió que sin reformas no se iniciará la recuperación de empleo neto.
Además de los que niegan que se haya tocado el tan traído y llevado techo, están los que consideran que esa no es la cuestión más relevante. "No me parece tan importante que en los próximos trimestres tengamos un 20,5% o un 19,5% de paro. Lo urgente es saber cómo vamos a empezar a reducirlo. Todos los indicadores nos dicen que la caída va a ser muy lenta, que no hay ningún motor de crecimiento para generar trabajo. Creo que el Gobierno no debería empantanarse en estas cuestiones, sino reconocer la gravedad del asunto y actuar en consecuencia", asegura el profesor Javier Andrés.
El investigador del Ivie Lorenzo Serrano parece más contemporizador. "Para que baje el paro es necesario primero que se recupere la actividad y que luego lo haga el empleo. Esperemos que el Gobierno esté en lo cierto, pero no está claro que este año vayamos a ver una reducción en la tasa de paro. No hay ningún techo imposible de alcanzar", concluye.
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