Antich descarta adelantar elecciones en Baleares y el PP pide su dimisión

El presidente del Gobierno balear, Francesc Antich (PSOE), insistió ayer en su disposición a agotar la legislatura y descartar la convocatoria de elecciones anticipadas tras la dimisión de la presidenta del Parlamento autónomo, María Antònia Munar (Unió Mallorquina), acusada por su ex mano derecha Miquel Nadal -encausado en cuatro sumarios por corrupción- de manejo de dinero negro en beneficio de su partido e intereses políticos. Antich afirmó que quedan por delante "15 meses de gestión e inversiones", hasta las elecciones autonómicas de mayo de 2011.

Francesc Antich, que llegó al poder en 2007 gracias al pacto con Unió Mallorquina, señaló ayer que la fulminante renuncia de Munar -imputada en dos sumarios por corrupción- tras la acusación ante el juez de su compañero de partido ha sido "acertada y coherente". El presidente balear señaló que la lectura que los ciudadanos deben hacer de dimisiones como esa es que "si se dan casos de situaciones de mala gestión, estos casos se van corrigiendo".

El presidente balear pide responsabilidad al PP para pactar salidas a la crisis

Antich, que calificó de "impasse" y de "shock" la situación política en Baleares, emplazó al Partido Popular a pactar "con responsabilidad" y "sin electoralismo" medidas que ayuden a los ciudadanos a salir de la crisis económica.

Asimismo, el presidente balear ha invitado al PP a consensuar y aprobar rápidamente al Ley del Sector Público, ya elaborada, que permitiría extender el control de los interventores en las más de 170 empresas y consorcios autonómicos. En ese ámbito es donde se han producido la casi totalidad de casos de corrupción que afectan a ex cargos públicos del Partido Popular y de Unió Mallorquina, socios de gobierno entre 2033 y 2007.

"Ha sido una legislatura de muchas dificultades pero que el Govern ha querido hacer frente, y creo que todavía tenemos espacio para hacer más y con contundencia", insistió en una comparecencia ante periodistas.

El PP, ante la catarata de escándalos que afectan a los mallorquinistas -cinco de los seis casos más graves corresponde a la etapa de alianza de Unió Mallorquina con el PP-, ha dejado de insistir en su amenaza de derribar a los gobernantes socialistas con mociones de censura en el Parlamento, el Consell de Mallorca y el Ayuntamiento de Palma. En todas esas instituciones, el partido de Rajoy necesita un voto de Unió Mallorquina para derrocar a los equipos de gobierno del PSOE y el Bloc.

La presentación de mociones de censura obligaría al Partido Popular a pactar previamente un candidato, un programa de gobierno y un reparto de cuotas de poder con Unió Mallorquina. El máximo dirigente de los populares en Baleares, José Ramón Bauzá, subrayó ayer: "Que no nos traspasen

competencias de responsabilidad que no son nuestras. Coincido con el señor Antich en que es el momento de la responsabilidad, pero la responsabilidad es de quien la tiene sobre esta situación de deterioro institucional, que es él". Las mociones de censura son ahora, en su opinión, "una cuestión subsidiaria". Lo importante para los populares es que Antich "sea valiente y convoque elecciones" anticipadas o si no presente su dimisión como jefe del Ejecutivo.

El PP, apartado del poder pero con el 47 % de los votos, aspira a conseguir la presidencia del Parlamento autónomo tras la dimisión el pasado viernes de María Antònia Munar. Los populares cuentan con 29 votos frente a los 27 del PSOE y el Bloc, y los tres de UM. Pero resulta decisivo el respaldo o no de los mallorquinistas.

Unió Mallorquina, implicada por su ex presidente Miquel Nadal en la compra con dinero negro de una cadena de televisión de Mallorca y de financiar de forma irregular su red de agentes electorales en 2006 y 2007 con fondos públicos, elogió la dimisión de la fundadora del partido como presidenta del Parlamento autónomo. La portavoz de UM, Cati Julve, mostró "preocupación" por los "momentos complicados" de su formación, en un "punto de inflexión".