El rendimiento de las letras a un año se queda por debajo del 0,9%

En medio de la tormenta que rodea a todo lo que huela a necesidades de financiación por parte de los países periféricos de la eurozona, el Tesoro español convocó ayer una subasta que se saldó con relativa normalidad. Y la ausencia de malas noticias en estos tiempos es en sí misma una buena noticia.

En la subasta se colocaron 6.577,87 millones de euros en letras a 12 y 18 meses. Los inversores ofrecieron un tipo de interés marginal del 0,897%, ligeramente superior al 0,858% de la subasta del pasado mes de enero. Es verdad que esta subida supone un mayor coste para el Estado. Pero sigue estando en niveles mínimos si se compara con el de las últimas décadas. El tipo de interés medio se quedó en el 0,863%. En total se adjudicaron letras a un año por valor de 3.989 millones de euros.

Hacía más de tres años que el Gobierno no subastaba letras a 18 meses. El Tesoro colocó ayer 2.588,65 millones en este tipo de deuda a un tipo marginal del 1,25%. El medio se quedó en el 1,215% La última colocación de estos productos a 18 meses se había hecho en enero de 2007, y entonces el tipo marginal superó el 3,9%.

"El incremento del tipo marginal no se sale de la normalidad. Grecia y Portugal han tenido más problemas. Portugal en una subasta reciente ni siquiera pudo colocar todos los títulos que pretendía", señala Pablo Guijarro, de Analistas Financieros, restándole importancia a la subida del rendimiento a la que se ha visto obligado el Tesoro.

Porque el organismo dependiente del Ministerio de Economía pretendía colocar entre 6.000 y 7.000 millones. Al quedarse en los 6.577, ha visto cumplido su objetivo con creces. Los inversores solicitaron 10.615 millones en total. La colocación se queda en un 62% de lo que demandaba el mercado. "Éste es un ratio ligeramente superior al habitual, pero no vemos razones para la preocupación. Habrá que esperar a la subasta del jueves a 15 y a 30 años a ver cómo evoluciona la situación", concluye Guijarro. La estrategia del Tesoro se basa en reducir su necesidad de financiación este año un 34%, hasta los 76.800 millones de nuevas emisiones. De cumplirse este objetivo, la deuda alcanzará los 553.5000 millones, el 55% del PIB. Un 65,9% para todas las administraciones públicas.