"No temo el debate de la jubilación"
Zapatero promete una ley para dar más participación institucional a los sindicatos - Salgado afirma que la ciudadanía "entiende" que hay que reformar las pensiones
El debate no ha hecho más que empezar pero nace enconado. La decisión del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de alargar la vida laboral hasta los 67 años, que afectaría a todos los menores de 62 años, y debe entrar en vigor a partir de 2013, ha causado rechazo en los sindicatos y honda preocupación en el PSOE. Aún así, Zapatero quiere afrontarlo. La sangría de malos datos económicos -un déficit público del 11,4% del PIB y hasta 4,3 millones de personas en el paro- le han obligado a usar la tijera con el gasto. El plan, ahorrar ni más ni menos que 50.000 millones hasta 2013.
"No tengo miedo al debate de las pensiones, a pesar de que podía haberlo dejado y que lo abordara el gobierno que esté en 2020...". Esta fue una de las respuestas de Zapatero ante los miembros del comité federal de su partido que, a puerta cerrada, plantearon numerosas objeciones a la medida por el rechazo que puede provocar en amplias capas de trabajadores y en sus representantes, los sindicatos. Dentro del comité federal el sector más a la izquierda del partido expresó todo tipo de temores a los que Zapatero respondió con el compromiso de "flexibilidad" en su aplicación al tener en cuenta las diferencias que hay entre actividades laborales. Aun así, la resolución que contiene esta propuesta y que se sometió a votación cosechó por primera vez en muchos años dos abstenciones, de representantes de Izquierda Socialista.
Zapatero dice que la reforma laboral ayudará a jóvenes y poco cualificados
El presidente garantiza "flexibilidad" en la reforma anunciada
Con tono tranquilo Zapatero trató de desdramatizar. Además, la reforma se discutirá con los agentes sociales en el marco del Pacto de Toledo y, después, en el Parlamento. "No estamos hablando de este año, ni del que viene". Algunos interpretaron que la reforma quizá no esté aún aprobada cuando se celebren las elecciones generales en junio de 2012.
"Al Gobierno le podría resultar más cómodo no hacer nada, ni proponer nada y decir, bueno, que el Gobierno de 2020 o 2025 afronte los problemas que haya con la Seguridad Social, pero eso no va con nuestra forma de ser. Nos sentimos responsables con las pensiones de 2020 y 2030 y con el futuro de España". Y, también "con el Pacto de Toledo". Con esta apreciación, Zapatero dejó claro que la reforma será con el acuerdo de sindicatos y empresarios. El envejecimiento de la población y una incorporación tardía al trabajo disminuye la recaudación. Por eso se plantea prolongar la vida laboral, explicó.En su afán de tranquilizar al partido, Zapatero lanzó un anuncio, como colofón de su réplica a las intervenciones. Fue evidente que era una carta que se guardaba para después de escuchar las intervenciones de temor o quejas, ya que no lo incluyó en su exposición inicial: Antes de que termine la legislatura el Gobierno aprobará la Ley de Participación Institucional de los Sindicatos. Los interlocutores consultados asistentes al comité interpretan el anuncio como un guiño a los sindicatos ya que la ley dotará a las organizaciones de reconocimiento y representación muy alta.
Pero el intento de tranquilizar a los sindicatos fue patente en las respuestas que dio, entre otras, a Manuel Fernández Lito, secretario general de la federación del Metal y Construcción de UGT. El dirigente sindical no utilizó términos de ruptura pero sí dejó claro su rechazo a la reforma. Más contundente fue el presidente del gobierno de Asturias, Vicente Álvarez Areces, que alertó sobre el peligro de romper con los sindicatos. "Nuestros mejores aliados".Gradualidad y prudencia pidieron a Zapatero casi todos los barones territoriales. Tomás Gómez, (Madrid), Jorge Alarte, (Valencia), Roberto Jiménez (Navarra), Pedro Saura (Murcia) y Francisco Martínez Aldama (La Rioja), entre otros. Todos ellos se presentan a las elecciones autonómicas el próximo año. Menos suspicacia mostraron el presidente de Castilla - La Mancha, José María Barreda y de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, que alabaron "la responsabilidad" de Zapatero. De los empresarios se habló poco, sólo Zapatero hizo una alusión: "Empresarios los hay buenos y malos; no voy a dar ejemplos, pero los hay muy notables"-
La vicepresidenta económica, Elena Salgado, también lanzó sus mensajes de calma y consideró, en una entrevista en la Cadena Ser, que "los ciudadanos entienden que son medidas que hay que tomar para garantizar la sostenibilidad del sistema", aunque descartó una situación de "emergencia nacional". "Hay que decirle al país que en 2025 podríamos tener problemas con el sistema de pensiones y por eso planteamos ahora la reforma", agregó. A su juicio, resulta "hipócrita" la crítica del PP al plan de Zapatero. Un plan que, quiso dejar claro que cuenta con el acuerdo del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, que no asistió el viernes al Consejo de Ministros porque participó en Barcelona en una reunión de titulares de empleo de la Unión Europea y ello despertó suspicacias.
La dureza de la crisis ha abierto el melón de los cambios. Y el declive aún no da tregua. Salgado admitió que la tasa de paro (ahora en el 18,8%) puede llegar "puntualmente" al 20% en el primer trimestre del año para luego bajar, pero pronosticó que "se creará empleo neto a partir de la segunda mitad de 2010". Tras las pensiones, el Ejecutivo planea presentar su propuesta de reforma laboral la próxima semana, apuntó Salgado, quien avanzó que también busca "pensar en el futuro". Zapatero prometió que la reforma ayudará sobre todo a los jóvenes y a los trabajadores poco cualificados, los que "más duramente sufren el azote del paro".
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