Rato alcanza la presidencia de Caja Madrid tras 15 meses de disputas

Han sido necesarias tres reformas de la ley de cajas de la Comunidad de Madrid, un recurso de inconstitucionalidad del Gobierno central, un dictamen del Consejo de Estado y una disputa a cara de perro entre Mariano Rajoy, presidente del PP, y Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid para cambiar de presidente de Caja Madrid. Algo impensable. Al final, Aguirre tiró la toalla y la lista encabezada por el ex vicepresidente económico, Rodrigo Rato, logró el 93% de los apoyos de la asamblea general y el respaldo unánime del consejo de administración. Miguel Blesa cede así el mando tras 13 años y medio al frente de la segunda caja de ahorros y la cuarta entidad financiera.

Rato se ha garantizado, al menos por ahora, el apoyo de todos los consejeros gracias a una hábil negociación, la ampliación del consejo y que ha satisfecho las demandas del PSOE y los sindicatos. El nuevo presidente llega en un momento delicado para la entidad por la gran morosidad, la caída de los ingresos y del crédito, así como la necesidad de elevar las provisiones. En 2009 Caja Madrid ganó 266 millones, un 68,5% menos.

Fernández Norniella, ex colaborador de Rato, hombre fuerte de la caja

La asamblea general se inició alrededor de las 17 horas, con 325 asistentes de los 340 convocados. Sólo 22 votaron en blanco. Nadie lo hizo en contra. Sólo hubo una intervención, la de un representante de la asociación Ausbanc, que criticó a Blesa. El ya ex presidente lamentó las fuertes injerencias políticas que han dificultado la gestión. "Se podía haber tomado otro camino, pero alguien no quiso que fuera así. Ha habido más ruido del deseable", dijo, sin citar a Aguirre y a su vicepresidente, Ignacio González. Éste fue el candidato por el que peleó Aguirre y estaba ayer presente, ya que se estrenó como miembro de la Asamblea. Al término de la cita declaró: "Ninguno de nosotros ha metido ruido ni ha tenido nunca interés en el ruido", con una fuerte dosis de cinismo. Al final, con una organización muy controlada, no hubo intervenciones a favor de Blesa pero se llevó una fuerte ovación de despedida de los presentes. Los miembros de la asamblea abandonaron el recinto de la Feria de Madrid con un DVD grabador de regalo y 700 euros de dieta por asistencia.

Poco antes de las 20 horas, se reunió la comisión de control -con ocho miembros nuevos- y el consejo, con 13 vocales renovados. Ya no estaba presente Blesa. Todos los presentes votaron a Rato como presidente. El cambio más significativo ha sido el de José Manuel Fernández Norniella, del PP, nuevo vicepresidente que se configura como su hombre fuerte en la caja. Norniella fue secretario de Estado de Comercio y Turismo cuando Rato era ministro de Economía y Hacienda. En 1998 fue elegido presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio. La relación entre ambos viene de lejos. En 1997 Norniella declaró que se consideraba "un fiel escudero de Rato", a quien conoció en 1979 cuando el partido se llamaba Alianza Popular. Estanislao Rodríguez Ponga (Partido Popular) es el que pierde el puesto de vicepresidente y se queda como consejero.

Además, también son vicepresidentes de Caja Madrid Virgilio Zapatero (PSOE), y Antonio Moral Santín, de IU, que ya ocupa este cargo. En una breve alocución, Rato pidió ayuda a todos los consejeros. "Va a ser necesario la colaboración de todos. No lo digo como una cuestión formal, sino porque creo que la contribución de todo el consejo es necesaria para superar una situación difícil como ésta", según fuentes del consejo. En tono más optimista, la nota de prensa de la entidad recogió otras frases: "Como cuarto grupo financiero, tenemos todo lo necesario para ser la mejor entidad del país. Caja Madrid está llamada a reforzar su liderazgo", animó el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional. El 15 de febrero se celebrará el primer consejo ordinario con Rato al frente y el 24 de ese mes se celebrará otra asamblea para ratificarle.

Entre las salidas más sonadas está la de Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE, que acaba su mandato. Rato hereda un pleito contra él por una deuda de 26,3 millones.