Obama hereda un déficit que hará historia
El nuevo presidente de Estados Unidos arranca en pocos días su mandato con un agujero en las cuentas públicas que toca los 400.000 millones de dólares (294.000 millones de euros) y que la oficina presupuestaria del Congreso espera supere los 1,2 billones de dólares (882.000 millones de euros) cuando se cierren los libros de 2009. Se trata del mayor déficit desde la Segunda Guerra Mundial, equivalente al 8,3% del producto interior bruto (PIB).
El ejercicio fiscal en curso arrancó el 1 de octubre. Pasados sólo dos meses, el déficit se acerca a todo el déficit acumulado en 2008. A partir de las proyecciones que están sobre la mesa, el rojo casi se triplicará en un año, por la caída de los ingresos debido a la recesión y las masivas inyecciones de liquidez en el sector financiero. Para 2010 será de 703.000 millones de dólares (4,9% del PIB).
El desequilibrio de las cuentas alcanzará el 8,3% del PIB en 2009
El problema es que estas cifras no tienen en cuenta el impacto presupuestario del plan de salvamento de la economía que está diseñando el equipo de Barack Obama, que pretende movilizar 775.000 millones de dólares durante dos años. También se excluye el gasto militar en Irak y Afganistán. Por eso el presidente electo dijo que el déficit superará el billón de dólares "durante años".
La crisis financiera y la recesión trastocaron los planes del presidente en funciones George Bush, que esperaba dejar las cuentas públicas cercanas al equilibrio. No sólo saldrá de la Casa Blanca con un déficit histórico, sino que deja a su sucesor un país con una deuda superior al 50% del PIB. El déficit debería empezar a moderarse a partir de 2011, cuando la economía recupere su potencial. Para ese año el agujero se reducirá a 498.000 millones (3,3% del PIB), y de ahí pasará a 264.000 millones en 2012 (1,6%).
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