El Gobierno que no sabía cómo salir del atolladero
¿Fue un error privatizar la petrolera Repsol? La pregunta viene a cuento visto que una parte del Gobierno, liderada por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, algunos sindicalistas, accionistas minoritarios y voces en Izquierda Unida sugieren la necesidad de que la pública SEPI resuelva el entuerto comprando el 20% de Sacyr en la petrolera. Se habla con alegría de miles de millones de euros públicos ahora que, en prerecesión, Bruselas es flexible con el déficit. El Gobierno no esconde que éste romperá el techo del 3%.
Suponiendo que el Gobierno entrara en Repsol, algo de lo que el ministro de Economía, Pedro Solbes, no quiere ni oír hablar, la cuestión es: ¿por qué debería pagar con dinero público los 26,7 euros por acción de Repsol a que aspira Luis del Rivero, cuando cada título de Repsol cuesta en Bolsa 15,2 euros? Solbes y ZP tampoco están por que el Instituto del Crédito Oficial (ICO), que ya ayudó a Sacyr con 350 millones para entrar en la petrolera, se quede con el fardo de 5.175 millones que debe la constructora a la banca.
Con el enigmático trasfondo de las simpatías del rey Juan Carlos hacia el primer ministro ruso, Vladímir Putin, el mensaje de Zapatero es ambiguo y errático, como todo lo que ha hecho en el sector energético: el Gobierno no debe interferir entre empresas privadas, no quiere empresas públicas extranjeras en grupos españoles privatizados, Lukoil es privada, Repsol debe mantenerse española... Igual que frenó a la alemana E.On en Endesa, apoyó y luego abandonó a la española Gas Natural en esa batalla y al fin saludó a la italiana Enel en su hoy tambaleante tándem con Acciona.
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