"No podremos desarmar a Hamás"
Nabil Shaat, nacido en 1938 en Safed, hoy territorio de Israel, es viceprimer ministro palestino, ministro de Información y director de la campaña electoral de Al Fatah, el partido fundado por Yasir Arafat que ha dirigido el destino de los palestinos. Shaat es consciente de que, en las elecciones generales del miércoles, van a perder la incontestable hegemonía de la que han disfrutado durante casi medio siglo. En las calles palestinas este dirigente y muchos otros altos funcionarios son culpados de haberse enriquecido desde que regresaron del exilio en Túnez en 1994. Shaat hace números en su despacho de la ciudad de Gaza sobre las encuestas internas elaboradas por Al Fatah. Resultan vencedores en sus sondeos, pero no esconde Shaat su "alarma" por el ascenso del movimiento islamista Hamás. "Lograrían 53 escaños y nosotros 70, si las elecciones se hubieran celebrado ayer [por el miércoles pasado]", asegura mientras en su oficina guardaespaldas muy inquietos ante el porvenir exhiben sus fusiles Kaláshnikov.
"Nos alarma el ascenso de Hamás, pero creo que sólo se aprovecha de nuestros problemas. Basa su programa en atacarnos"
"Sólo Al Fatah puede conseguir ayuda exterior y reducir el desempleo. Tenemos experiencia y somos un partido secular"
Pregunta. ¿Qué ofrece Al Fatah a los palestinos tras 10 años en el poder?
Respuesta. Al Fatah garantiza al pueblo palestino que sólo este partido puede reanudar el proceso de paz y lograr un acuerdo definitivo con Israel en la próxima legislatura. Hamás no lo podrá conseguir nunca por sus posiciones políticas. Este movimiento se encuentra donde estábamos nosotros hace 35 años. La negociación, no el enfrentamiento, es el camino. Si no apuestan por la negociación, no gozarán del apoyo internacional. Al Fatah creó la Organización para la Liberación de Palestina, la Autoridad Nacional Palestina y el sistema judicial. Y sólo Al Fatah puede conseguir ayuda exterior y reducir el desempleo. Tenemos experiencia, generaciones jóvenes y somos un partido secular.
P. Hamás y muchos palestinos simpatizantes del partido gobernante les acusan de haber extendido prácticas corruptas en la Administración.
R. Hamás basa su programa electoral en atacarnos a nosotros y al modo en el que funcionó la Autoridad Nacional Palestina. Pero cualquier partido en el poder durante 11 años comete fallos. Tenemos que corregirlos.
P. Tampoco ayudan a Al Fatah las numerosas batallas internas entre sus facciones armadas, que afloraron en las elecciones municipales de diciembre y durante la elaboración de las listas.
R. Lo que dividió a Al Fatah son las elecciones primarias. Nos ha costado un alto precio la transparencia con la que las llevamos a cabo. Nuestros votantes no participaron en las municipales porque estaban descontentos con esas disputas internas. Hoy estamos más unidos y podremos luchar en mejores condiciones en los comicios.
P. ¿Cómo observan el creciente apoyo del que disfruta el movimiento fundamentalista?
R. Nos alarma el ascenso de Hamás. Pero creo que sólo se aprovechan de nuestros problemas.
P. ¿Es posible un pacto con la organización islamista para formar un Gobierno de unidad nacional?
R. Ahora no es posible un acuerdo con Hamás si no abandona la violencia, se suma al proceso de paz y promueve un Estado secular. Podemos alcanzar la paz con ellos, pero no integrarnos en una coalición.
P. ¿Cree usted que el presidente Mahmud Abbas será capaz de cumplir su promesa de desarmar las milicias palestinas que se enfrentan a Israel después de las elecciones?
R. No podemos cumplir el compromiso de Abbas de desmantelar las milicias de Hamás y Yihad Islámica.
P. ¿Por qué?
R. Por tres factores. Primero, tenemos que reconstruir las fuerzas de seguridad, disponer de más armas y munición y planificar un mejor entrenamiento de la policía y el Ejército. Esto llevará tiempo. Además, Israel no nos permite disponer de más armas. En segundo lugar, tenemos que desarrollar la economía palestina y reducir el paro, que alcanza el 65%, para que la gente no se sume a Hamás y Yihad Islámica. Con empleos, se unirían menos a la resistencia. Y el tercer factor es que esos grupos no desean sumarse al proceso político. Se necesitará mucho tiempo para que estos tres requisitos se cumplan.
P. Las negociaciones con Israel se eternizan y los frutos son escasos.
R. En Irlanda del Norte se han necesitado 10 años. En Líbano, más todavía, hasta 30 años. Hará falta mucho tiempo, salvo que esas tres condiciones comiencen a concretarse. Pero al menos con nosotros hay un proceso para crear un Estado independiente.
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