Chirac amplía el Gobierno francés para contentar a todas las tendencias de derecha

Victoriosos y legitimados por el triunfo electoral del pasado domingo, el presidente y el primer ministro de Francia, Jacques Chirac y Jean-Pierre Raffarin, pactaron ayer un reparto de cargos que satisfaga a las tendencias de la enorme mayoría parlamentaria (355 diputados sobre 577) con que la improvisada Unión por la Mayoría Presidencial (UMP) dirigirá Francia en el próximo quinquenio. Del Gobierno anterior sale una persona y entran doce, entre ellas varias mujeres y un harki, gesto este último dirigido a los musulmanes que exigen un reconocimiento a su colaboración con el Ejército francés en Argelia.

Raffarin ha tenido que tragarse su propósito de trabajar con un equipo más reducido y operativo. 'La primera etapa que se debe franquear para acercar los gobernados a su Gobierno es reducir el número de ministerios', escribió el primer ministro en su libro Por una nueva gobernanza. Pero eso fue antes de ganar las elecciones; al día siguiente de la mayoría absoluta, despachó por dos veces con Chirac sobre la forma de satisfacer a las tendencias y grupos sociales que han ayudado a ensanchar la base electoral del centroderecha.

El Gobierno se compone ahora de 38 personas, cinco más de las que tenía Lionel Jospin. Ninguno de los nuevos ministros afecta a los cargos de peso: Nicolas Sarkozy sigue en Interior, Dominique Perben continúa en Justicia, Dominique de Villepin en Exteriores, Michèle Alliot-Marie en Defensa y Luc Ferry en Educación.

Del Gobierno electoral nombrado por Raffarin hace seis semanas sólo se cayó ayer el ministro de Asuntos Europeos, Renaud Donnedieu de Vabres, a quien se le ofreció la elegante salida de una dimisión pactada tras confirmarse su procesamiento por irregularidades en la financiación del antiguo Partido Radical. Le sustituye la jurista Noëlle Lenoir, de 54 años.

Entre los otros once hay muchas mujeres, para disipar la mala impresión causada por su escasez en el primer Gobierno Raffarin. En total hay ahora diez mujeres en un Gabinete de 38 miembros. Este movimiento ha permitido la incorporación de la ex presidenta del Parlamento Europeo Nicole Fontaine a título de ministra de Industria. Asimismo se crea un Ministerio de la Paridad y la Igualdad Profesional, confiado a Nicole Ameline, de 49 años, diputada liberal.

Otra nota interesante es la entrada en el Gobierno de Hamlaoui Mekachera, de 71 años, como secretario de Estado de Antiguos Combatientes, que desde 1991 preside el Consejo Nacional de los Franceses Musulmanes. Para comprender este nombramiento hay que tener en cuenta la importancia de la comunidad harki, integrada por musulmanes que colaboraron con el Ejército francés durante la guerra de la independencia de Argelia. Unos 20.000 de ellos tuvieron que refugiarse en Francia después de la independencia y hoy forman una comunidad de varios cientos miles de personas. Su incorporación es un gesto para retirar las simpatías de los harkis hacia el extremismo de Jean-Marie Le Pen.

Del programa que el nuevo Gobierno pretende aplicar se conocen ideas todavía imprecisas. Pero la idea de conseguir un Estado policialmente más eficaz e implicar más a la justicia en el arsenal represivo recibe un impulso con el nombramiento de Piérre Bedier, a quien se atribuye la Secretaría de Estado para los programas inmobiliarios de la justicia, tecnocrático nombre tras el que se esconde el proyecto de construcción de centros de encierro para menores delincuentes. El designado es alcalde y diputado de Mantes-la-Jolie, una de las zonas de delincuencia juvenil más sensibles de la periferia de París. Una encuesta publicada ayer por Le Figaro sigue situando la seguridad en el primer lugar de la preocupación de los franceses.