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Reportaje:

Desaparecidos en Afganistán

Un periodista británico denuncia la matanza de miles de presos talibanes tras la batalla de Kunduz

Entre 1.500 y 5.000 prisioneros talibanes, la mayoría de ellos no afganos, podrían haber sido asesinados a finales de noviembre pasado en Afganistán por soldados de la Alianza del Norte y luego enterrados en una fosa común en el desierto de Dashti-i-Leili, según una investigación presentada ayer en Berlín por el periodista de televisión británico Jamie Doran.

Tres testigos (dos soldados y un general afganos) están dispuestos a testificar ante un tribunal internacional que soldados estadounidenses torturaron a algunos prisioneros y no hicieron nada para impedir la masacre. Doran, quien admite que no puede probar con absoluta seguridad las acusaciones, pide una investigación internacional y teme que la fosa común, en la que aún se ven huesos y vestidos, podría ser removida para destruir las pruebas.

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El vídeo, presentado ayer en los despachos del ex comunista Partido del Socialismo Democrático (PDS) alemán, desde un inicio contrario a la guerra en Afganistán, comienza con el testimonio de Amir Jan, un comandante local, ex talibán y pastún, a quien se entregaron los combatientes del mulá Omar, derrotados en Kunduz a finales de noviembre del año pasado. 'Yo los conté uno a uno. Eran 8.000. Sólo 3.015 de ellos llegaron a la prisión de Shebergan. ¿Dónde están los demás?', pregunta Jan.

A ciencia cierta, se sabe que los más peligrosos entre los deteni-dos, cerca de 470, muchos de ellos vinculados a la red terrorista de Al Qaeda, fueron recluidos en la fortaleza de Qala-i-Janghi, en las cercanías de Mazar-i-Sharif. El 24 de noviembre allí estalló una sublevación, que, tras una semana de combates, acabó sangrientamente reprimida por las fuerzas de Abdul Rachid Dostum, apoyadas por comandos británicos y la aviación estadounidense.

Mientras la atención de los medios de comunicación y la Cruz Roja se centraba en esta fortaleza, según la investigación de Doran, las tropas de Dostum trasladaron a los demás prisioneros hechos en Kunduz -entre ellos, paquistaníes, chechenos, uzbekos y tayikos- a la prisión de Shebergan, distante entre 12 y 14 horas en coche del valle en el que fueron cercados los talibanes. En el camino se hizo un alto en la fortaleza de Qala-i-Zeini, a dos horas de Shebergan. Allí los prisioneros fueron recluidos en contenedores industriales.

Debió de ser infernal. Varios sobrevivientes han relatado a otros periodistas que muchos de los encerrados murieron asfixiados. Doran aporta el testimonio de un soldado de Dostum que admite haber disparado en plan 'ventilador' contra uno de los contenedores, porque así se lo ordenaron sus superiores. El periodista británico no ha podido recoger pruebas de que soldados estadounidenses participaron en esta operación.

Los comandos de EE UU estuvieron presentes en la prisión de Shebergan, según tres militares entrevistados. 'Yo fui testigo de cómo un soldado americano rompió la nuca de uno de los prisioneros y vertió ácido sobre otros', sostiene un soldado afgano. Otro relata que vio a estadounidenses cortar dedos y lenguas de los detenidos. No está claro quién estaba al mando de la prisión. 'Oficialmente los encargados seguramente eran afganos, pero la experiencia nos dice que los estadounidenses solían tomar el control allí donde estaban', sostuvo Doran ayer.

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