EE UU controlará los tres barcos españoles en el Índico, pero no podrá mandarles disparar

Las fragatas Santa María y Numancia y el buque de apoyo logístico Patiño zarparon ayer de la base de Rota (Cádiz), con 657 tripulantes a bordo, rumbo al océano Índico, donde se incorporarán a la Operación Libertad Duradera de lucha contra el terrorismo, bajo control de EE UU. Los tres buques realizarán misiones de interdicción, vigilancia y reconocimiento (ISR) en el cuerno de África, entre las costas de Yemen y Somalia, dos países sospechosos de albergar células de Al Qaeda, pero no podrán recurrir a la fuerza sin autorización de las autoridades españolas.

El jefe del Estado Mayor de la Defensa, Antonio Moreno Barberá, ha dictado una directiva de transferencia de autoridad (TOA) por la que cede el control táctico de los tres barcos al Mando Componente Naval de la operación, con base en Bahrein, que ostenta un almirante de los Estados Unidos.

No obstante, ni la zona de operaciones ni la misión podrán modificarse sin el visto bueno de las autoridades españoles. Éstas también se han reservado el derecho a autorizar caso por caso a los barcos de guerra españoles el uso de la fuerza contra buques sospechosos de transportar armas o militantes de grupos terroristas.

Al contrario de lo que sucedía con el embargo naval a Irak durante la guerra del Golfo (1990-91), la operación en el Índico carece de cobertura legal de la ONU, por lo que los barcos de la coalición liderada por EE UU deben atenerse al derecho marítimo internacional, que prohíbe la realización de registros o el desvío a puertos distintos al de destino sin el consentimiento de los capitanes de los buques afectados.

La realización de disparos de advertencia o abordajes podría dar lugar a un conflicto diplomático con el país de bandera del buque, por lo que los miembros de la coalición internacional que ceden barcos a EE UU han negociado bilateralmente las condiciones y límites de su participación.

Hasta ahora, según las fuentes consultadas, las identificaciones (por radio) e inspecciones de los buques (en alta mar o en puerto) que transitan por la zona se basan en la voluntariedad. Sólo las embarcaciones, normalmente de reducido tamaño, que no enarbolan pabellón de ningún país pueden ser abordadas por la fuerza.

Además de su dotación habitual, las fragatas llevan 37 infantes de marina de la Unidad de Operaciones Especiales y de la Sección de Reconocimiento, al mando de dos oficiales, para esta misión. También cuentan con un helicóptero SH-60B Sea Hawk cada una, mientras que el Patiño embarca un AB-212.

Está previsto que los tres buques crucen el canal de Suez el día 23 y se incorporen a la operación a final de mes. Su puerto de descanso será Bahrein, a tres días de navegación de su zona de patrulla, aunque también podrán entrar en la base de Yibuti, desde donde opera un P3 Orion de patrulla marítima del Ejército del Aire español.

Más de 50 barcos de EE UU, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Australia, Canadá y Japón participan en el dispositivo naval, aunque muchos ya se están retirando, por lo que la llegada de los buques españoles resulta especialmente oportuna en este momento.

El ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, eludió ayer precisar si España se replanteará la presencia de sus buques, prevista para tres meses, en caso de que EE UU ataque Irak, pero advirtió de que Washington debería 'consultar e informar a la OTAN y a sus aliados con carácter previo a cualquier decisión que pudiera implicar nuevas operaciones'. Así, precisó, lo ha hecho hasta ahora de forma 'impecable'.

Coincidiendo con el dispositivo en la zona, Israel abordó el pasado 3 de enero en el mar Rojo al buque Karin A, que transportaba 50 toneladas de armas de Irán para los palestinos. Hasta ahora no se ha aclarado si EE UU informó a Israel o si el Karin A burló la espesa malla de vigilancia de la Operación Libertad Duradera, formada por barcos, aviones y satélites.

Por otra parte, el Mando Sur de la OTAN en Nápoles (Italia) anunció ayer que el teniente general del Ejército del Aire español Francisco José Gómez Carretero ha asumido temporalmente la jefatura de la operación Amber Fox en Macedonia, donde 700 soldados (15 españoles) protegen a los observadores del cumplimiento de los acuerdos con la minoría albanesa.