El primer grupo del contingente militar español llega a Afganistán

Los primeros soldados españoles llegarán hoy a Afganistán, donde encontrarán un país devastado por más de 20 años de guerra donde las necesidades más elementales dependen de la urgente ayuda internacional. Si se cumplen los planes previstos, dos Hércules C-130 que despegaron ayer de la base aérea de Zaragoza serán los primeros en aterrizar esta mañana en el aeropuerto de Kabul, la capital afgana.

Mañana y pasado llegarán otros cuatro vuelos que trasladarán en total a 78 militares, pertenecientes a la Escuadrilla de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) y a la comisión aposentadora del destacamento del Ejército de Tierra, basado en la Brigada de Cazadores de Montaña de Jaca (Huesca). Para el transporte de esta avanzadilla a más de unos 6.000 kilómetros de distancia ha sido necesario organizar un puente aéreo con cinco Hércules y un Boeing 707. Este último no llegará, sin embargo, hasta Kabul, sino que se quedará en Omán, donde los españoles harán noche durante el viaje, mientras que uno de los Hércules hará dos vuelos de ida y vuelta entre la capital afgana y el sultanato del Golfo.

La EADA cumplirá un importante papel ya desde su llegada, ya que el aeropuerto de Kabul, reabierto al tráfico hace sólo dos semanas, carece de cualquier tipo de ayuda para el aterrizaje de aviones y esta unidad del Ejército del Aire cuenta con el equipo y el adiestramiento necesario para convertir una pista de tierra en un aeródromo militar. Por su parte, la comisión aposentadora está formada por representantes de todas las unidades que aportarán fuerzas al contingente español: plana mayor, transmisiones, ingenieros, equipos de desactivación de explosivos, apoyo logístico y helicópteros.

Aún no hay fecha para la llegada del grueso de las tropas españolas, formadas en total por unos 450 hombres y mujeres, ya que una de las funciones de la avanzadilla que salió ayer es buscar alojamiento a sus compañeros y recabar información sobre el terreno. La decisión última corresponderá al mando británico de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), en la que se integrará el contingente español en funciones de apoyo. Los últimos en viajar a la zona serán, en todo caso, los cuatro helicópteros de transporte Puma del Ejército de Tierra, para cuyo traslado será preciso alquilar aviones Antonov. Al margen de este destacamento, España también aportará una unidad médica del Ejército del Aire, que, al contrario que las demás tropas, no dependerá de la ISAF, sino de EE UU, y se instalará en la base aérea de Bagram, a 46 kilómetros al norte de Kabul.

La operación de Afganistán es la más arriesgada de cuantas han acometido las Fuerzas Armadas españolas desde 1992. Aunque el Gobierno provisional de Hamid Karzai va consolidándose poco a poco, y recibió ayer un fuerte respaldo con la visita del secretario general de la ONU, Kofi Annan, su futuro depende de que la comunidad internacional adelante los fondos anunciados y pague a miles de funcionarios y a milicianos que aún no han cobrado lo prometido por combatir a los talibanes.