'No queremos vivir siempre de la ayuda extranjera'
La comunidad internacional tiene que rascarse los bolsillos si de verdad quiere ayudar a Afganistán a ponerse en pie. Así piensa el ministro afgano de Reconstrucción, Amin Farhang, que asiste hoy y mañana a la conferencia de donantes de Tokio para recabar el apoyo financiero de los países ricos del mundo. Farhang, de 62 años, pretende que la comunidad internacional doble la cifra de 9.000 millones de dólares que dice estar dispuesta a aportar en los próximos cinco años. Emparentado con el ex rey Mohamed Zahir, derrocado en 1973 por un golpe de Estado, Farhang ha vivido exiliado durante 21 años en Alemania, donde ejercía como profesor de Economía en la Universidad del Ruhr, en Bochum, hasta su nombramiento como ministro. Este líder del Grupo de Roma, que agrupa a los partidarios del ex monarca, asegura que el espíritu de unidad que propició la firma del acuerdo de Bonn sobre la transición afgana, en diciembre pasado, está vivo, y que el Gobierno provisional del presidente Hamid Karzai goza de buena salud.
'La sanidad pública, la educación y la agricultura son nuestra áreas prioritarias'
Pregunta. ¿Cuáles son las prioridades más urgentes en la reconstrucción de Afganistán?
Respuesta. La sanidad pública, la educación y la agricultura son quizá las áreas prioritarias. Otro proyecto importante es la rehabilitación de nuestras principales vías de comunicación por tierra. Sólo tenemos 3.500 kilómetros de carreteras asfaltadas, la mayoría destruidas, y necesitamos reconstruirlas cuanto antes. Queremos construir una carretera nueva entre Kabul y Herat, y también mejorar las comunicaciones con los países vecinos. La reconstrucción de los aeropuertos y la apertura de nuestras fronteras fluviales con los países de Asia Central para fortalecer las relaciones bilaterales son otras de las prioridades en infraestructuras.
P. ¿Qué expectativas tiene el Gobierno provisional ante la conferencia de Tokio?
R. En Tokio vamos a presentar un plan detallado de nuestras necesidades y demostraremos a los países donantes que somos capaces de reconstruir Afganistán con su ayuda. La comunidad internacional ha prometido darnos 9.000 millones de dólares, pero nosotros necesitamos el doble, y lo vamos a pedir.
P. ¿Para cuanto tiempo necesitan ese dinero?
R. Para un periodo inicial de cinco años. En ese plazo esperamos completar la etapa de reconstrucción y entrar después en una fase de desarrollo normal. En los próximos cinco años haremos todo lo posible por aprovechar nuestro propio potencial y fomentar la inversión, tanto afgana como extranjera. El objetivo final es depender de nuestros propios recursos. No queremos vivir siempre de la ayuda extranjera.
P. ¿Cuáles son los países más interesados en colaborar en la reconstrucción de Afganistán?
R. Japón, EE UU, la Unión Europea, países árabes como Arabia Saudí, y organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo Asiático.
P. ¿Cómo está funcionando el Gobierno provisional? ¿Han surgido discrepancias entre las distintas facciones que lo integran?
R. Ha habido algunos asuntos en los que hemos tenido discrepancias, pero hemos logrado resolverlas pronto mediante el intercambio de ideas. Creo que es una muestra de buena salud democrática. La principal discrepancia surgió en torno al papel de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF). Conseguimos resolver la cuestión del número de soldados, que serán unos 4.500, y estoy seguro de que seremos capaces de llegar a un acuerdo sobre el posterior despliegue de la ISAF en otras ciudades, más allá de Kabul.
P. ¿Sigue vivo, entonces, el espíritu de unidad de Bonn?
R. Por supuesto, y espero que siga vivo para siempre.
P. ¿Cuáles son las zonas de Afganistán que necesitan ayuda con más urgencia?
R. Muchos de los refugiados y desplazados por la guerra están regresando a sus casas en las zonas más castigadas y debemos crear las condiciones idóneas para su reincorporación. La llanura de Shamali, al norte de Kabul, y la comarca de Yakawlang, en la provincia de Bamiyan, fueron totalmente arrasada por los talibanes. También necesitan ayuda urgente las provincias de Tajar, Kandahar y Herat.
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