'EE UU no ha explicado por qué destruyó nuestra oficina en Kabul'
Mohamed Jasem al Ali no es periodista, pero su experiencia en televisión se remonta a 1975, cuando comenzó a trabajar en la cadena pública qatarí. Desde el momento en que la cadena de televisión por satélite Al Yazira fue fundada en noviembre de 1996 por el emir de Qatar, jeque Hamad bin Khalifa Al Thani, se le confió a Abu Jasem, como lo llaman sus empleados con confianza, la dirección y una silla en el consejo de administración de la nueva cadena. Es un hombre afable, pausado y sereno para hablar. Los periodistas, técnicos y demás trabajadores hablan con respeto de él sin que nadie les pregunte. Dicen que es muy accesible, que la puerta de su despacho siempre está abierta para ellos. Es más, en parte atribuyen el éxito y la credibilidad de Al Yazira a la libertad que ellos mismos sienten dentro de la propia estación de televisión.
'Los Gobiernos árabes nos presionaron al principio, pero ahora ya no son tan beligerantes'
Pregunta. ¿Cuál cree usted que es el punto más fuerte de Al Yazira y cuál el más débil?
Respuesta. El punto más fuerte es que es la primera experiencia como cadena independiente y objetiva en el mundo árabe. Mientras que nuestra debilidad es que no tenemos otro punto de referencia, otra televisión independiente en el mundo árabe para empujarnos a hacer mejor nuestro trabajo.
P. ¿Cuál su relación con el Gobierno qatarí?
R. El emir de Qatar creó la cadena hace cinco años con un contrato por el cual daba a la cadena un presupuesto anual de 30 millones de dólares. Este contrato se terminó el pasado 1 de noviembre y ya no tenemos el apoyo financiero del Gobierno. Así que ahora estamos empezando a financiarnos a nosotros mismos.
P. ¿Y la de la cadena con respecto a los demás países del Golfo?
R. Hay dos aspectos, uno es el público y el otro los Gobiernos. Al público le hemos tratado con mucho respeto desde el comienzo para darle confianza en los medios de comunicación árabe y creo que hemos conseguido ser creíbles para ellos. Los Gobiernos de todos los países árabes y no sólo de los países del golfo Pérsico nos vieron al principio con mucha cautela y más tarde comenzaron a presionarnos negándose a dar visados a nuestros corresponsales, clausurando nuestras oficinas y prohibiendo a nuestros cámaras filmar. Pero después de cinco años, los Gobiernos han cambiado su actitud beligerante y ahora pueden verse en muchas cadenas públicas árabes programas similares a los de Al Yazira. No obstante, hay tres países árabes, Bahrein, Argelia y Arabia Saudí, donde aún no hemos podido acreditar a nuestros corresponsales, y en otro, Túnez, tenemos corresponsal pero no le dan libertad de movimiento, no puede trabajar.
P. El secretario de Defensa de EE UU, Colin Powell, reconoció que había intentado convencer al emir de Qatar para que usara su influencia para poner freno a las opiniones antiamericanas, según Powell, que Al Yazira difunde. ¿Recibió presiones directas?
R. Me enteré del asunto por la prensa. No hemos recibido una presión directa en este sentido y pienso que, si algún día la recibimos, el primer perjudicado será el público. Seguimos trabajando con la misma objetividad y profesionalismo y esto no cambiará con ciertas personas o circunstancias. Me extrañaría que EE UU intentase presionar sobre una cadena de televisión cuando este país ha intentado inculcar al mundo árabe los conceptos de libertad de expresión durante los últimos años.
P. La oficina de Al Yazira en Kabul fue destruida por una bomba ¿Han recibido alguna explicación sobre esto?
R. Nuestro corresponsal en Washington ha preguntado al portavoz de la Casa Blanca si fue un error o qué ha pasado, pero hasta ahora no tenemos ninguna respuesta. No sabemos si EE UU lo ha hecho porque quería destruir la oficina de Al Yazira, pero sabemos con certeza que EE UU sabía dónde estaba localizada nuestra estación en Kabul. Nuestra gente que estaba allí está bien.
P. ¿Seguirán presentes en Afganistán?
R. Por supuesto, nuestra profesión es meternos en problemas. Seguiremos presentes allí porque el público confía en nosotros y tenemos que seguir dándole información. Hemos enviado a cuatro de nuestros periodistas a Afganistán y esperamos que lleguen lo antes posible a pesar de las dificultades con el transporte. Mientras tanto seguimos teniendo a nuestro corresponsal en Kandahar y somos los únicos que estamos allí, aun cuando sólo sea transmitiendo por videoteléfono.
P. ¿Qué planes tiene para el futuro?
R. Hay planes muy ambiciosos, un canal de información económica y documentales y un plan para hacer una edición en inglés que está en estudio. Mi deseo es tener servicios en muchos idiomas, pero nunca habíamos pensado que sólo en cinco años seríamos tan reconocidos mundialmente. Nuestro proyecto inicial era el de llegar a transmitir 24 horas a partir del quinto año y lo comenzamos a hacer ya desde el segundo, y ello supuso un esfuerzo muy grande no sólo por el dinero, sino porque se necesita gente cualificada. Por ello creo que el servicio en inglés tardará en llegar.
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