La ONU denuncia ejecuciones sumarias y saqueos en Mazar-i-Sharif
El régimen de los talibanes ordena a los trabajadores de las ONG que no abandonen Kabul
La ONU denunció ayer el saqueo de sus oficinas y almacenes en la ciudad de Mazar-i-Sharif tras la entrada de las fuerzas de la Alianza del Norte. Más grave aún, los primeros informes que han recibido de su personal local hablan de incidentes violentos y ejecuciones sumarias, a pesar de la amnistía general decretada oficialmente. De confirmarse estos extremos, el avance de la Alianza del Norte sobre la capital, Kabul, todavía en poder del Gobierno de los talibanes, encontrará una mayor oposición internacional.
'Algunos elementos armados han saqueado oficinas y almacenes de la ONU y de [algunas] ONG en Mazar-i-Sharif', declaró con preocupación Stephanie Bunker, portavoz de la Oficina del Coordinador Humanitario para Afganistán (UNOCHA). 'Otros informes aún sin confirmar hablan de acciones violentas y de ejecuciones sumarias', prosiguió Bunker.
Los incidentes han seguido a la entrada en esa ciudad norteña de los hombres del general Abdul Rashid Dostum, la segunda fuerza más importante dentro de la Alianza del Norte. Muchos afganos, dentro y fuera de su país, han advertido contra el avance de esas milicias, y en especial de su entrada en la capital, Kabul, por el temor que suscita el recuerdo de sus cuatro años de desgobierno y luchas intestinas entre 1992 y 1996.
'Poco después de la caída de Mazar-i-Sharif, el almacén del Programa Alimentario Mundial en esa ciudad fue asaltado', precisó Lindsey Davies, funcionaria de la citada agencia de la ONU. 'Hasta el momento la situación permanece volátil, con informaciones de saqueos, secuestros de civiles, hombres armados sin aparente control y frecuentes batallas callejeras', añadió Davies, quien expresó su deseo de que la volátil situación en la estratégica ciudad vuelva a estabilizarse pronto para que las organizaciones humanitarias puedan realizar su trabajo.
No ha sido un caso aislado. También Unicef denunció la desaparición de un convoy de 10 camiones con unas doscientas toneladas de ayuda humanitaria. Su portavoz, Chulho Hyun, dijo que sus colegas trataban de recuperar la carga y garantizar la seguridad de los conductores, 'todos ellos pastunes'.
Las oficinas de Unicef fueron saqueadas y hombres armados se llevaron todo su contenido, incluidos ordenadores, muebles, equipo de comunicaciones, etcétera. Los talibanes se habían llevado todos los vehículos antes de abandonar la ciudad.
Mientras tanto, en Kabul, el régimen de los talibanes han dado instrucciones a todo el personal humanitario para que no salga de la ciudad, según informó ayer a este diario la portavoz de una ONG. 'Hemos hablado con nuestros empleados este mediodía y están tranquilos. Hace una semana que no hay bombardeos dentro de la ciudad y no temen que la retirada de los talibanes vaya a producirse de forma repentina. Sólo les han pedido que no abandonen la ciudad', explicó la fuente, que, por razones de seguridad, no pudo facilitar más detalles.
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