Más de 4.000 paquistaníes se han unido a las filas de los talibanes
Otros 1.200 paquistaníes cruzaron ayer la frontera de Afganistán, con lo que se elevan a unos 4.000 los que se han unido a la yihad contra Estados Unidos la semana pasada. Estos 'voluntarios', miembros de las tribus pastunes de la franja fronteriza, ponen en evidencia al Gobierno de Pakistán, que continúa esforzándose para acallar las críticas a su colaboración con Washington. La última medida, el arresto domiciliario del líder de Jamiat Islami (JI), el principal partido religioso del país.
El paso de esta nueva remesa de 'voluntarios' se produjo a la altura de la agencia tribal de Bajaur, en la provincia de la Frontera Noroccidental, según informó Mohamed Ismael, un jefe local del partido Tehrik Nifaz-e-Shariat Mohammadi. Este grupo extremista es el que ha organizado las partidas de irregulares que durante toda la semana pasada han ido cruzando para unirse a las fuerzas del régimen talibán. Según Ismael, muchos más voluntarios están dispuestos a participar en la yihad.
Las autoridades paquistaníes se encuentran atrapadas entre la necesidad de permitir una vía de escape a los descontentos y el deseo de que la situación no se les vaya de las manos. Desde el principio de la crisis han hecho la vista gorda a los centros de reclutamiento abiertos por los islamistas en las zonas donde existen más simpatías hacia los talibanes. Sin embargo, sonaron las alarmas cuando, el pasado fin de semana, las muestras simbólicas de solidaridad congregaron a entre 5.000 y 7.000 hombres armados en Timargarha, a media docena de kilómetros de la frontera con Afganistán.
Tribus autónomas
El Gobierno de Islamabad pidió a los responsables talibanes que no permitieran el paso de los 'voluntarios', algo que aceptaron inicialmente. Tal decisión supuso un reconocimiento implícito del escaso control que ejerce en las siete agencias tribales que bordean la frontera con Afganistán en la provincia de la Frontera Noroccidental. Las tribus de esas regiones, diseminadas a ambos lados de la frontera, disfrutan dentro de Pakistán de una autonomía jurisdiccional y legal que la autoridad central no puede conculcar de forma repentina.
Se permite a miles de personas armadas entrar en Afganistán, pero no se autoriza a nuestros trabajadores sin armas a celebrar una concentración pacífica', se quejó ayer Qazi Hussain Ahmed, líder de Jamiat Islami. Ahmed fue puesto bajo arresto domiciliario la noche anterior por sus actividades subversivas. JI no sólo se opone a la ayuda de Pakistán a la campaña militar que Estados Unidos está llevando a cabo en Afganistán, sino que sus dirigentes han hecho llamamientos al Ejército para que deponga al general Pervez Musharraf. Ahmed volvió a hacerlo el viernes. 'La medida es una provocación y es ilegal', aseguró ayer Ahmed desde su casa de Peshawar en declaraciones recogidas por las agencias de prensa.
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