El Rey apela a 'un nuevo patriotismo' para 'entender que sólo existe una España'
Don Juan Carlos, doctor en Utrecht por su contribución a la democracia
El rey Juan Carlos ofreció ayer una interpretación formalmente inédita de la transición española, que, según el monarca, implica el surgir de "un nuevo patriotismo" por el que se entiende "que sólo existe una España: la construida por todos los españoles en estrecha solidaridad". El nuevo acento unitario, que contrasta con la anterior insistencia en 'la España plural' surgida del Estado de las autonomías, se produjo al término de una viaje a Holanda marcado por los atentados del pasado 11 de septiembre y por la extensión de la condena del terrorismo al nacionalismo radical.
'En el rescoldo de fracaso que supuso la división entre los españoles durante parte del siglo XX nació una nueva conciencia que nos capacitó para asumir nuestra historia y, también para entender que sólo existe una España, la construida por todos los españoles en estrecha solidaridad. Este nuevo patriotismo proclama que todos caben y que son necesarios cualquiera que sean sus creencias, sus orígenes o sus opiniones. Ésa es la España moderna cuya construcción se inicia desde mi proclamación como Rey de todos los españoles', dijo don Juan Carlos.
El Rey pronunció estas palabras tras ser investido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Utrecht en atención a sus 'méritos extraordinarios' en la transición y a 'su decidida y valerosa actuación en 1981' para 'salvar la democracia española'.
Símbolo de la revueltaEn el marco majestuoso de la catedral del Dom, símbolo de la revuelta de los Países Bajos contra los Austrias, según destacó el rector, doctor Veldhuis, y emblema de una ciudad en la que España cerró un ciclo de su historia imperial en 1713 para, perdiendo Gibraltar entre otras cosas, 'integrarse en el moderno concierto europeo de naciones', según subrayó el propio monarca, el profesor Kummeling, padrino del Rey en este doctorado, destacó que el papel jugado por don Juan Carlos 'en el desarrollo de la democracia y en la formación de un Estado de Derecho en España nunca podrá ser suficientemente valorado'.
'La conquista de las libertades democráticas en España fue desde mi proclamación como Rey un objetivo capital al que la Corona consagró sus mejores esfuerzos. Estoy orgulloso de haber llevado a cabo el papel que me correspondió', replicó el Rey, que agradeció en primer lugar el apoyo del pueblo español, 'verdadero artífice del cambio político', dijo, y destacó luego la existencia de 'un conjunto admirable de hombres públicos' que 'hizo posible el éxito de la aventura'.
'Adolfo Suárez y Torcuato Fernández Miranda fueron, sin duda, destacados artífices de aquel momento', declaró don Juan Carlos, confirmando las alabanzas de estos dos personajes hechas por el profesor Kummeling en su discurso introductorio.
Tras recordar que la Constitución de 1978 abrió al país las puertas de la integración europea y subrayar los subsiguientes éxitos de la democracia española en lo económico, lo social y lo cultural -con especial mención de la liberalización y de 'la importante lista de empresas multinacionales' que 'por primera vez' puede presentar España-, el Rey habló de 'los males', y en concreto del 'triste protagonismo' del terrorismo, que calificó de 'la más genuina y reprobable expresión de totalitarismo'.
Eficacia antiterrorista'Los recientes acontecimientos' del 11 de septiembre, que justifican las constantes alusiones que el monarca ha hecho durante este viaje a la necesidad de dar 'más eficacia' a la lucha antiterrorista y explican que el propio primer ministro holandés, el socialdemócrata Wim Kok, superara esas manifestaciones al expresar, el pasado miércoles, un mismo rechazo por el terrorismo y el nacionalismo radical, 'imponen' a los Estados democráticos, según don Juan Carlos, la obligación de 'defender a la sociedad' y 'restablecer la justicia'.
La reina Beatriz de Holanda acompañó a los Reyes en este acto, como en casi todos los de una visita que incluso contó en su segundo día, durante la inauguración en La Haya de una exposición titulada De Picasso a Tàpies, con la presencia del príncipe Claus, el esposo de la soberana holandesa, que apenas se muestra en público por motivos de salud.
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