'Sharon facilita el caldo de cultivo para el terrorismo fanático'

El ex presidente portugués, Mario Soares, considera que Estados Unidos y Europa han sido 'demasiado permisivos' con el primer ministro israelí, Ariel Sharon, 'quien alimenta el odio de otros halcones y facilita el caldo de cultivo para el terrorismo fanático'. El líder histórico de los socialistas portugueses reclama un nuevo acuerdo internacional para el control de armas nucleares, biológicas y químicas que pasaría por 'convencer a los propios fanáticos, porque de eso se trata, que tales armas son un peligro para toda la humanidad'.

Soares reconoce que el accidente de Toulouse y la caída del avión ruso junto a las costas armenias, en caso de confirmarse como atentados, 'podrían desencadenar un movimiento de pánico en las sociedades europeas y del mundo en general, porque nadie estaría al abrigo de esos horrores'. De todas formas, el actual eurodiputado considera que 'las sociedades libres tienen que aprender a resistir el pánico, porque el pánico sólo favorece a los terroristas y, por otro lado, podría provocar una psicosis de tipo represivo que pondría en peligro las libertades y garantías fundamentales de los ciudadanos'.

Los atentados contra EE UU 'proceden también de su arrogante política'

Soares sostiene que los atentados terroristas del 11 de septiembre 'han venido a demostrar que el escudo nuclear norteamericano, proyecto abandonado por Clinton y retomado por Bush, no está adaptado a las exigencias del siglo XXI y nos retrotrae al tiempo de la guerra fría'. 'La nueva política de rearme nuclear, que llegó a esbozarse antes del 11 de septiembre', subraya, 'no sólo representa un riesgo inútil y un inmenso desperdicio de recursos, sino que se ha revelado totalmente ineficaz. La amenaza es otra, como quedó claro para todo el mundo, y utiliza medios más modestos pero terriblemente más eficaces'.

El ex presidente advierte que 'la dispersión del armamento nuclear aún constituye un tremendo peligro' que sólo puede vencerse 'a través de un nuevo acuerdo entre las grandes potencias y la supervisión esforzada y eficiente de las Naciones Unidas, al igual que debería ocurrir con las armas químicas y bacteriológicas, otro riesgo enorme'. En su opinión, 'las naciones tienen que convencer incluso a los fanáticos y desesperados, porque de eso es de lo que se trata, que ese tipo de armas no puede ser utilizada porque constituyen un enorme peligro para toda la humanidad y no sólo para los objetivos de sus agresiones'.

Soares reconoce que la política de Israel y fundamentalmente del primer ministro, Ariel Sharon, tienen una enorme responsabilidad en la radicalización del conflicto: 'El terrorismo del Estado de Israel y el terrorismo de los grupos extremistas palestinos se alimentan recíprocamente, creando resentimientos y odios que aumentan la espiral de violencia'. El ex presidente sostiene que 'los dirigentes norteamericanos y europeos no han ejercido las presiones necesarias en ambas partes para allanar el camino hacia la paz y dar mayor fuerza a hombres como Simon Peres y Yasser Arafat'. Para Soares, Estados Unidos y Europa 'han sido demasiado permisivos frente a los halcones, como el primer ministro Sharon, que a su vez alimenta el odio de los halcones de Hamas y otros, creando el caldo de cultivo que facilita el terrorismo. Los resultados están a la vista... El reconocimiento del Estado palestino por parte Bush sí constituye una contribución indirecta en la búsqueda de la paz'.Soares reconoce también que los atentados contra Estados Unidos 'proceden también de su arrogante política externa' y de su falta de atención ante la opinión pública mundial. A su juicio, hay ejemplos recientes suficientemente ilustrativos, como 'el rechazo al protocolo de Kyoto, el rechazo a la creación del Tribunal Penal Internacional, el rechazo a la convención que prohibe las minas antipersonales, su cabezonería con el escudo antimisiles, que amenaza con relanzar el rearme nuclear, la arrogancia con que han pretendido marginar durante años a las Naciones Unidas o su excesiva complacencia con el lobby judío'. Y en esta responsabilidad también incluye a Europa 'por no haber conseguido definir una estrategia autónoma en las áreas de política exterior y seguridad que sirviera de contención a Estados Unidos'.

El eurodiputado cree que tanto Estados Unidos como Europa, tras la guerra fría, 'han dejado al mundo sin una clara regulación internacional y además con una concentración excesiva de fortunas en manos de cada vez menos empresas y personas. El aumento de la miseria en el mundo ha elevado el clima de desesperación y resentimiento de las regiones en el conflicto que fácilmente han sido orientadas contra Estados Unidos'.

Sostiene Soares que el arma más importante 'contra el terrorismo fanático y suicida es la información, suministrada por unos servicios de inteligencia con experiencia y eficacia'. 'El terreno de la lucha contra el terrorismo es muy resbaladizo', añade, 'y no nos podemos permitir dar pasos en falso o embarcarnos en represalias que afecten a víctimas indefensas e inocentes'. Soares espera que las operaciones de represalia 'no superen el mandato de las Naciones Unidas'.