_
_
_
_

Los talibán abren fuego contra aviones en Kabul

El Gobierno afgano se ofrece a liberar a los cooperantes detenidos para impedir un ataque de castigo de EE UU

Ángeles Espinosa

Las baterías antiaéreas de los talibán dispararon al cielo ayer por primera vez en Kabul desde el inicio de la crisis. Dos aviones, que ningún actor del conflicto ha identificado, cruzaron un cielo que permanece en silencio desde que hace tres semanas los talibán cerraron el espacio aéreo. Las baterías antiaéreas repicaron durante 15 minutos. Según las imágenes que captó la televisión árabe Al Yasira, las fuerzas talibán llegaron a disparar un misil tierra-aire que falló en el blanco.

Horas después de ese primer incidente, tres aviones sobrevolaron la ciudad de Herat (al oeste de Afganistán). A falta de confirmación por el Pentágono, los analistas militares apuntan a vuelos de reconocimiento para detectar las posiciones de las baterías antiaéreas de los talibán. EE UU ya ha orientado uno de sus satélites espía a Afganistán.

Más información
Dos extranjeros, muertos en una explosión en Arabia Saudí
Contexto:: Mundo musulmán
Gráfico animado:: Objetivo: Afganistán
Bush anuncia un ataque inminente si Afganistán no entrega a Bin Laden
Polvo y fusiles en el 'territorio liberado
Reclutamiento forzoso de los jóvenes en Kabul
Acoso a los musulmanes uzbekos
El mortífero misil portátil Stinger se vuelve contra el Ejército de EE UU
Estados Unidos bombardea Afganistán
Los misiles Tomahawk destruyen baterías antiaéreas, radares y bases de Bin Laden

Mientras la tensión prebélica de la zona se disparaba con el incidente aéreo, los talibán ofrecían dejar en libertad a los ocho trabajadores humanitarios de la ONG alemana Shelter Now International (SIN), acusados de predicar el cristianismo, si Estados Unidos acaba con las amenazas de acción militar contra su régimen.

Oficialmente, pedían a EE UU que 'reduzca los problemas de los afganos y les deje vivir con confianza y regresar a sus casas'. 'Si dejan de lanzar amenazas, tomaremos las medidas para liberar a los ocho extranjeros', aseguraba el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores difundido por AIP. El improbable canje fue desestimado por Washington. 'Nuestra petición [entregar a Bin Laden] no es negociable', dijo un portavoz de la Casa Blanca. 'Es momento para la acción, no para las palabras'.

Los trabajadores humanitarios (cuatro alemanes, dos australianos y dos estadounidenses) fueron detenidos a principios de agosto bajo la acusación de predicar el cristianismo, algo que todos han negado.

Los talibán han visto esta semana como el único aliado que les quedaba en el mundo, su vecino Pakistán, se distanciaba de ellos y reconocía que Estados Unidos tiene 'pruebas abrumadoras y concluyentes' para juzgar a Osama Bin Laden, el hombre que se niegan a entregar. A Islamabad sólo le ha faltado cortar los lazos diplomáticos. Un portavoz gubernamental dijo ayer que no van a enviar más delegaciones o enviados a Afganistán. 'Los talibán saben lo que quiere la comunidad internacional. Si deciden responder a lo que quiere... será en un su beneficio', advirtió el portavoz del Gobierno de Pakistán, Riad Mohamed Khan.

Sin embargo, el líder de los talibán, Mohamed Omar, rechazó ayer una vez más que Bin Laden, que se refugia en Afganistán desde 1996, fuera el cerebro de los atentados que costaron la vida a más de 5.000 personas el pasado 11 de septiembre en Nueva York y Washington bajo el argumento de que no se puede pedir a nadie que se suicide. En todo caso, 'si EE UU cree que los secuestradores son los verdaderos culpables, entonces están muertos. Nadie se suicidaría por otro o por los intereses de otro', explicaba en un comunicado. En la mima línea, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores afgano criticó también la iniciativa norteamericana de enviar raciones de comida desde el aire a los miles de refugiados que huyen de un posible ataque: 'Intentan hacer creer a los afganos que ellos no son el enemigo, pero no es cierto. La realidad es que Estados Unidos es el enemigo, no sólo de Afganistán, sino de toda la comunidad árabe'. Ayer, un desertor de los guerrilleros talibán reveló a Reuters que éstos bailaron de alegría tras los atentados y comentaron con admiración que 'Osama había atacado América'.

El cerco de los talibán se manifestó también en la jornada con el anuncio por parte de un portavoz de la oposición antitalibán de Afganistán, la llamada Alianza del Norte, de que sus tropas se encontraban a 50 kilómetros de Mazar-e Sharif, principal ciudad del Norte del país. Según fuentes de los propios guerrilleros, la ciudad, bajo control talibán, podría estar bajo su control 'en dos o tres días'. Las últimas acciones han dejado 100 prisioneros y 25 muertos. El portavoz del jefe de guerra de la Alianza, Atta Mohamed, recalcó que la moral de los talibán 'está en su punto más bajo'.

Habitantes de Kabul señalan al cielo al paso de un avión no identificado a gran altura sobre la capital afgana.
Habitantes de Kabul señalan al cielo al paso de un avión no identificado a gran altura sobre la capital afgana.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_