EE UU exige un escáner molecular para admitir vuelos desde Barajas
El aeropuerto sólo cuenta con un aparato de estas características y ha encargado más
El aeropuerto de Barajas y las compañías que operan en él incumplieron el jueves una de las dos alternativas del 'documento de mínimos' impuesto por Estados Unidos a todas las instalaciones aéreas: la supervisión minuciosa del equipaje. Sin esta inspección, ninguno de los vuelos a EE UU pudo salir. Por ello, esta país exigió el uso del único detector que cree con un máximo de fiabilidad: el CTX, un escáner molecular. Pero en Barajas sólo hay uno.
El inspector de la Agencia Federal de Aviación norteamericana (FAA) recorrió el pasado jueves tanto los controles de seguridad del aeropuerto madrileño como los de las compañías españolas y norteamericanas que operan en él. Las medidas de vigilancia existentes no le convencieron, por lo que ordenó que se volviese a iniciar el procedimiento de control de todos los aviones que pretendían llegar a Estados Unidos, incluso de uno que ya se hallaba en vuelo y que se dirigía a Chicago.
Pero esta vez, el inspector reclamó que se emplease la única alternativa de seguridad que Barajas podía cumplir perfectamente: pasar todo el equipaje por un potente escáner, del que el aeropuerto sólo dispone de un modelo, y que basa su tecnología en la 'detección molecular'.
El 'documento de mínimos' que las autoridades norteamericanas han impuesto en los aeropuertos establece unas fuertes medidas de seguridad en todos los vuelos que se dirijan a Estados Unidos. Los equipajes deben ser sometidos a una 'doble inspección', se tiene además que establecer controles de seguridad tanto en las zonas de embarque como en las mangueras de conexión entre las terminales y los aviones (fingers), así como inspeccionar con perros especializados y rayos X todas las maletas de los vuelos.
Pero Barajas no pudo cumplir el jueves, en opinión del técnico estadounidense, alguno de estas exigencias, por lo que la FAA exigió que los equipajes pasasen por el sofisticado escáner que suele ser utilizado casi en exclusiva por las aerolíneas israelíes El-Al. Este aparato, conocido como CTX, es de tecnología norteamericana y basa sus grandes resultados en 'un análisis del peso específico' de los objetos que lo atraviesan. Cuesta 90 millones de pesetas y tiene una base de cinco metros de longitud por dos de ancho.
AENA admite que ya ha encargado nuevos aparatos de estas características a sus fabricantes, pero rehúsa explicar cuántos se adquirirán y en qué aeropuertos serán colocados. Sólo la Guardia Civil está autorizada para su manejo.
El aeropuerto de Barcelona, que mantiene diariamente tres vuelos con Nueva York (dos de Delta Airlines y otro de Iberia) no sufrió, en cambio, ni el jueves ni ayer ninguna restricción por parte de las autoridades norteamericanas.
Fuentes del sector creen que Estados Unidos no tomó ninguna medida en El Prat porque las instalaciones cumplen a rajatabla el 'documento de mínimos' (revisión detallada de los equipajes, rayos X, doble sistema de control...), aunque el aeropuerto catalán no cuente con el sofisticado detector CTX.
AENA recordó ayer que todos los aeropuertos españoles cumplen la normativa de la Comisión Europea de Aviación Civil (CEAC), que certifica que los los vuelos e instalaciones aéreas del país son seguros.
Los equipajes que entran en los aeropuertos españoles son revisados mediante el moderno escáner EDS 1200. Pero desde que se produjeron los atentados de Nueva York y Washington, todos los pasajeros que se dirijen a Estados Unidos son sometidos además a fuertes medidas de control adicionales, entre las que se incluyen arcos de detección de metales, revisión de bolsos de mano y detectores manuales.
Ayer, los 12 vuelos que partieron de Madrid y Barcelona a Estados Unidos operaron según el horario previsto y como exigía EE UU.
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