Niños afganos de 12 años combaten en ambos bandos
Un oficial de la Alianza del Norte, un hombre pequeño de barba gris, no duda cuando se le pregunta por su soldado más joven. 'Tiene 12 años', dice señalando a un chaval delgaducho. 'Lucha desde hace un año'. El chaval, que dice llamarse Lalsaid, contesta que ir a la guerra a tan temprana edad no le ha preocupado. 'Nuestro enemigo nos atacó', dice, 'tuve que incorporarme'. Las fuerzas opositoras al régimen talibán incluyen a un octogenario rey en el exilio, un puñado de líderes tribales, señores de la guerra y chavales como Lalsaid. Todo ello es producto de una guerra interminable donde los enemigos fueron cambiando de rostro.
Lalsaid no ha conocido la paz en Afganistán. Nació en 1989, el año de la retirada de las tropas soviéticas. Su padre y su tío fueron asesinados por los talibán el año pasado. Oficiales de la Alianza del Norte dicen que sus soldados jóvenes tienen 18 años, pero cerca del frente pueden observarse muchachos con rifles automáticos. Dice algún comandante que esos chicos se han alistado por pura desesperación. Refugiados que han abandonado Kabul confirman que los talibán también están reclutando niños. 'Nuestro país ha vivido una revolución en los últimos 20 años', dice un comandante. 'Por esa causa, cogemos a los jóvenes y los enviamos a la guerra'. Lalsaid está orgulloso de su currículo militar: en cuatro días de combate ha podido disparar su rifle, pero no sabe si ha matado a alguien.
Si hay una constante en la tumultuosa historia de este país a lo largo de los últimos 20 años es que parece no haber límites para el sufrimiento del pueblo: 1,5 millones de personas han muerto y el 70% de la población es analfabeta. Los pueblos de las regiones del norte están dominados por hombres que tomaron las armas cuando eran adolescentes y desde entonces han adquirido pequeños feudos. 'Comencé a luchar a los 15 años contra los soviéticos', dice Shawali, un comandante de la Alianza, que ha cumplido los 30 y dirige a 200 hombres. Ahora está considerado una figura influyente. Y la situación se complica por las diferencias tribales: algunos dicen que, si la coalición que se está formando alrededor del ex rey Zahir es inaceptable, volverán a luchar. Así es parte de la geografía humana de Afganistán. Como dice un oficial: 'Tenemos demasiados chavales que se han familiarizado más con las armas que con la escuela'.
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