Cientos de miles de afganos huyen de Kabul
ACNUR advierte que Irán y Pakistán no tienen medios para afrontar la avalancha
Según Riad Mohamed Khan, el representante del Ministerio de Exteriores de Pakistán, 'varios miles [de afganos] han llegado ya a los puestos fronterizos de Torkhan y Chaman'. También reconoció éste que se ha cerrado el paso a todo aquél que no tenga documentos válidos, una exigencia que Islamabad reimplantó la primavera pasada tras la penúltima oleada de refugiados.
Pero quienes tienen documentos suelen ser privilegiados. Como los familiares de los altos funcionarios talibán que, según la prensa paquistaní, han cruzado en los últimos días: las familias del gobernador y el vicegobernador de la provincia de Ningarhar y la del jefe de los servicios secretos en Jalalabad.
Cerca de 4.000 afganos han logrado burlar los controles fronterizos y filtrarse por las altas montañas que separan ambos países, según las organizaciones humanitarias. Lo peor está por llegar. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió ayer de que en los próximos días calcula la llegada de entre 300.000 y 400.000 nuevos escapados. Si se desata una guerra contra Afganistán, esa cifra superaría el millón.
Nadie se preocupa
'En términos de espacio, se podría presionar a Irán y a Pakistán para que les dejaran entrar', señaló a EL PAÍS Yusuf Hassan, portavoz de ACNUR en Pakistán, 'pero esos países no tienen ni la capacidad ni los recursos para hacerse cargo de ellos'. Los cientos de trabajadores humanitarios que se ocupan de los afganos desplazados por 22 años de guerra denuncian que por el momento 'nadie se está preocupando del coste humano de la crisis'.
'¿Va a facilitar la comunidad internacional la asistencia necesaria?', se pregunta Hassan. La sede de ACNUR en Ginebra ya se ha movilizado en busca de ayuda y varios equipos de emergencia tienen previsto llegar en los próximos días a Pakistán. Incluso antes de los atentados, ya existía cerca de un millón de desplazados internos dentro de Afganistán y las agencias que les prestan atención luchaban para mantenerse a flote. Tras la evacuación del personal internacional, ACNUR está extremadamente preocupado porque la situación de estas personas -y de varios millones más que dependían de la ayuda internacional- puede deteriorarse con rapidez y provocar grandes desplazamientos de población e incluso muertes. Aun sin necesidad de que empiece una operación militar, ya hay mucha gente tan débil por la falta de alimentos que ni siquiera puede desplazarse. 'Simplemente, carecen de la fuerza o los recursos para abandonar sus pueblos', según denuncia lapropia ACNUR.
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