Palestinos radicales se manifiestan contra Arafat
El líder de la milicia Tanzim, Barguti, desobedece la orden de disolución del grupo
Militantes de las milicias populares del partido gubernamental de Al Fatah -Tanzim-, seguidores de los movimientos fundamentalistas de Hamás y Yihad Islámica y simpatizantes del Frente de Liberación Popular de Palestina, vinculados al régimen de Damasco, desfilaron ayer conjuntamente por las calles de la ciudad de Rafah, blandiendo fusiles y pancartas para protestar por las últimas decisiones de Arafat, que trata de desactivar la Intifada para favorecer un proceso de negociación con el primer ministro israelí, Ariel Sharon.
'Sí a la lucha armada, no a la traición y a los traidores', gritaron los manifestantes, mientras acusaban directamente al negociador Saeb Erekat, al jefe de la policía Mohamed Dahlan y al propio Arafat de alimentar la 'vergonzosa maniobra de negociación con los israelíes'.
Las voces de los radicales tuvieron ayer su eco en Ramala, en el cuartel general de los Tanzim de Cisjordania, desde donde el jefe de la milicia, Barguti, aseguró que su grupo no se disolvería a pesar de las órdenes dadas por Arafat en los últimos días, y que, bien al contrario, 'la Intifada continuará'. Barguti llegó a insinuar que Arafat no había dado una orden de disolución de los Tanzim, sino simplemente una llamada al orden para que las fuerzas de seguridad dejaran de colaborar con estas milicias y se reintegraran a sus cuarteles.
Desde el Gobierno de Israel, como si trataran paradójicamente de dar la razón a los radicales palestinos, el ministro de Defensa, Benjamín Ben Eliezer, recalcaba que la guerra contra los palestinos 'continúa', y desmentía las declaraciones del presidente egipcio, Hosni Mubarak, que, inducido por un mensaje personal de Sharon, había anunciado de manera precipitada la firma de un 'alto el fuego'.
En medio de la polémica volvían a estallar ayer las bombas y a escucharse los disparos en Gaza, donde un palestino murió como consecuencia de la explosión de un artefacto que había sido adosado a la camioneta de un israelí, que lo transportaba junto con otros compañeros a un asentamiento cercano para trabajar en tareas agrícolas. Horas más tarde, dos personas, una de las cuales era un militante destacado de Hamás, morían también en Gaza al estallar a la entrada de su casa un coche bomba.
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