La derecha busca una gran coalición para evitar la victoria socialista en París

Pero el RPR, el partido fundado por Chirac, se vería en la incómoda situación de negociar con el actual alcalde, Jean Tiberi, tras haberle expulsado de sus filas en octubre pasado. El aspirante neogaullista a la alcaldía de la capital, Philippe Séguin, colocado en ese puesto tras la expulsión de Tiberi, se ha presentado como un hombre 'de ruptura' con un sistema de gestión desprestigiado. Por su parte, el expulsado y humillado Tiberi se presta a la operación, porque no tiene nada que perder. Dos de sus cabezas de lista -en los distritos cuarto y octavo de la capital- están procesados; el propio Tiberi se encuentra implicado en el sumario judicial por adjudicaciones presuntamente fraudulentas de obras en viviendas sociales. Mientras tanto, sigue su curso un sumario sobre empleos ficticios en la alcaldía de París.

El propio Tiberi ha avisado de que tiene escrito un libro de memorias con 'bizcochos para todos', en alusión a los escándalos que pueden implicar a la derecha.

Éste es el clima en que la derecha se pregunta cómo salvar los muebles en las próximas elecciones municipales. El hecho de que se desarrollen a dos vueltas -el próximo domingo es la primera- y de que el alcalde sea designado por los concejales electos -en la llamada 'tercera vuelta'- proporciona un margen para las negociaciones.

Pero también se apuntan problemas en las filas de la izquierda plural: al candidato socialista a la alcaldía, Bertrand Delanoë, le llueven mensajes de Los Verdes con advertencias de que su apoyo no será a ciegas.

Las listas que el próximo domingo superen el 10% de los votos tendrán derecho a una segunda oportunidad. Si al domingo siguiente, el 18 de marzo, se mantienen tres candidaturas -la de la izquierda plural, la neogaullista y la de Tiberi-, nadie duda de que, salvo enorme sorpresa, la victoria será para la izquierda.

El ex primer ministro Édouard Balladur, cabeza de lista por el RPR en el distrito 15 de la capital, ha multiplicado sus esfuerzos para lograr una plataforma política unificada entre los grupos de derecha. 'Hay que mirar a España, al ejemplo de José María Aznar', argumenta Balladur. 'Una derrota de la derecha en París sería un acontecimiento mayor que no vale la pena disimular', predica Balladur. Si eso llegara a ocurrir, 'sería necesario sacar las consecuencias y sería preciso que se hablase de crear un nuevo partido', agrupando a las tres principales fuerzas de derecha.