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Arafat pide a Aznar un esfuerzo especial de la UE para afianzar el proceso de paz

El propio Aznar pareció rechazar ayer ese hipotético papel de intermediario cuando respondió a la pregunta de si era portador de algún mensaje de Arafat a Sharon: 'Me consta que el presidente Arafat y el primer ministro de Israel han tenido ya conversaciones, como, por otra parte, es sabido'. Pero no se privó de dejar alguna duda en el aire, porque añadió: 'Ya saben que tengo cierta tendencia a la discreción. Creo que eso hace avanzar las cosas'.

Lo cierto es que la entrevista de ayer con Arafat se desarrolló en torno a una cuestión esencialmente europeo, según fuentes españolas, ya que la principal preocupación del líder palestino es que se mantenga y desarrolle una ayuda económica que le es fundamental en la situación de quiebra que, como consecuencia de las sanciones económicas impuestas por Israel, atraviesa la Administración palestina. La UE es la principal donante de ayuda y cooperación a los palestinos, 'su único apoyo', según dijo la semana pasada en Madrid el comisario para las Relaciones Exteriores d la UE, Chris Patten. Arafat ve, por otra parte, con más recelo, aunque no tanto como los israelíes, la intervención política europea en su zona debido a la falta de acuerdo interno de los Quince y a que países como Dinamarca, Holanda o Suecia no son muy favorables a su causa.

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'Creo que la UE tiene una responsabilidad histórica para preservar y afianzar el proceso de paz', dijo ayer, no obstante, el líder de la OLP. Aznar destacó, a su vez, que 'Europa quiere seguir impulsando el proceso de paz y preservar lo ya hecho para que se puedan sentar las bases de una paz definitiva'. 'Reflexionar sobre cómo conservar el acervo' es otra expresión que utilizó el presidente español para indicar el objetivo de sus conversaciones de estos días.

Aznar, que desde el año pasado se esfuerza por resaltar el papel español en las negociaciones de Oriente Próximo y que a primeros de mes recibió una petición de Arafat para que España intervenga más activamente en ese proceso, evitó precisar ayer si ese 'acervo' incluye o no los acuerdos no escritos que israelíes y palestinos alcanzaron el pasado mes de enero en la localidad egipcia de Taba. El duro Sharon ha dicho ya que los rechaza, sobre todo por lo que se refiere a la división de Jerusalén y al regreso a Israel de los refugiados palestinos. La idea española, según ha concretado el ministro de Exteriores, Josep Piqué, y la europea, según ha expuesto también el enviado especial de la UE para Oriente Próximo, Miguel Ángel Moratinos, presente ayer en El Cairo en una reunión con los embajadores españoles en Egipto, Líbano, Jordania y Siria, es que no debe haber ninguna vuelta atrás de los acuerdos de Taba. A Aznar le corresponderá presentar mañana a Sharon esa idea, que hoy tendrá oportunidad de discutir con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, otro de los protagonistas del proceso.

Otro de los asuntos enunciados en la entrevista con Arafat fue el del X aniversario de la Conferencia de Madrid, que sentó las bases de las conversaciones sobre el principio de 'paz por territorios', según recordó ayer Aznar. La efemérides, en octubre, coincide además con los prolegómenos de la presidencia española de la UE, en enero de 2001, y es notorio que el Gobierno no quiere dejar pasar la fecha inobservada. Pero, por el momento, no impulsa ninguna nueva cumbre en Madrid, ya que cualquier proyecto de ese tipo sería 'prematuro' y nacería quizá condenado al fracaso, dada la 'incertidumbre' provocada por el triunfo de Sharon y la llegada de George W. Bush a la Casa Blanca, según fuentes diplomáticas españolas. 'Es una de las cosas de las que tendremos que hablar', dijo vagamente Arafat al ser preguntado por esa hipotética conferencia.

Gira diplomática en el último minuto

La gira del presidente del Gobierno español por Oriente Próximo cayó ayer por sorpresa, ya que, todavía en la mañana del pasado viernes, en La Moncloa se decartaba de plano que José María Aznar fuera a entrevistarse en estos días con Ariel Sharon en Jerusalén o con Yasir Arafat en El Cairo. Su único proyecto, se dijo oficialmente, era una visita bilateral a Egipto, que hubiera debido concluir hoy por la tarde con una recepción a la colonia española, y tras la entrevista con el presidente Hosni Mubarak, en la que hubiera merecido amplia atención el estado del proceso de paz. El sábado, sin embargo, se supo que Arafat y Aznar se verían el lunes en El Cairo. La noticia de que el presidente español viajaría esta noche a Jerusalén, en vez de regresar a España, transcendió en Israel el domingo por la tarde. La explicación de todo esto que se oye en círculos diplomáticos españoles es que fue Arafat quien desencadenó la gira, al hacer llegar a Madrid su interés por reunirse con Aznar, aprovechando que estaría el lunes en El Cairo para entrevistarse con Mubarak, como suele hacer cada poco tiempo. El Gobierno español, a fin de mantener las equidistancias y evitar susceptibilidades, hizo saber entonces a las autoridades de Israel que el presidente tendría esta cita con el líder palestino. Siempre según fuentes diplomáticas españolas, fueron los israelíes, y en concreto Sharon, quienes en ese momento expresaron interés porque Aznar fuera a verles. Ayer por la mañana confirmó un viaje, en el que tiene previsto ver no sólo al primer ministro electo, sino también al primer ministro saliente, Ehud Barak, y al todavía ministro de Asuntos Exteriores, Shlomo Ben Ami. Aznar será, así, el primer dirigente de un país occidental que obtiene información de primera mano sobre el panorama en Israel tras la victoria del halcón Sharon, que ha puesto en jaque todo el proceso de paz en Oriente Próximo.

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