El explosivo Ray Zapata busca el control
El español, con opciones de medalla en suelo, compite hoy por un puesto en la final
Cuando con nueve años Ray Zapata dejó Santo Domingo para buscar una nueva vida en Lanzarote, todos sus vecinos se quedaron en casa para no ver su marcha. “Todo el vecindario le quería”, recuerda Raysa Santana, la madre del gimnasta nacionalizado español que buscará en Río una medalla en suelo, como ya hiciera en el mundial de Glasgow, donde se colgó el bronce. Tres años antes había sido ella la que había tenido que dejar a su hijo en la República Dominicana para probar suerte en España. Entonces Ray se quedó con su abuela Josefa. “Me mimó un montón, me echó muchas broncas y me aguantó muchísimo. Mi madre se fue a trabajar cuando era muy pequeño y mi padre trabajaba todo el día. Ella me cuidaba”, cuenta el gimnasta.
Lo dice, en esta ocasión, con su abuela a solo unos metros de distancia, en la sede del Consejo Superior de Deportes, en el acto de despedida para todos los gimnastas celebrado la semana pasada. Una marca de productos lácteos preparó una serie de sorpresas para todos y a Ray le tocó la más especial: su abuela Josefa, que nunca había viajado en avión, y que apareció tapándole los ojos a su nieto antes de que este la elevara por los aires con un abrazo. “Era un niño muy inquieto, pero buen muchachito”, asegura Josefa, pelo blanco y piel oscura, antes de recordar algunos episodios de la infancia, como cuando Ray tiró un petardo en una casa o no paraba de jugar en las calles de Villa Mella.
Ray tiene presión porque sus opciones de podio son reales. Su camino en Río empieza este sábado a partir de las 23.30 [hora peninsular], en la subdivisión 3, donde está encuadrado con su compañero Néstor Abad, que tratará de meterse en la final de concurso completo. Salvo sorpresa, Zapata solo competirá en suelo, su especialidad, donde esa potencia que movía sus travesuras en Santo Domingo se transforma en explosividad. “No queremos arriesgarnos a una mala caída y estropear el suelo”, afirma Fernando Siscar, el seleccionador español, sobre la posibilidad de hacer también salto. El segundo salto de Ray tiene una dificultad de solo 5,6 y para luchar por las medallas tendrían que subir el nivel.
En principio, tampoco arriesgará en suelo. “Hemos competido con una dificultad de 7, tres décimas más, que es muchísimo, pero vamos a ganar más haciéndolo más sencillo, porque un pasito que no claves son tres décimas que pierdes. Haremos lo mismo que en Glasgow”, abunda Siscar. “Pero ahora el entero es más limpio, con mejores recepciones y mejor técnica de giro”, añade Zapata. Eso es lo que más le costaba, los giros, porque cruzaba las piernas, algo que ahora ha depurado. Le pasa, como explica Siscar, porque de pequeño a Ray no le enseñaron a girar bien. “Cuando aprendes la técnica básica con defecto y subes la dificultad, aumenta el defecto”, argumenta el técnico. En Río, como en el Mundial, el japonés Kenzo Shirai, oro en Glasgow, es el favorito, junto al británico Max Whitlock, que fue plata.
Zapata se encontrará con una dificultad más: el material del suelo. En los Juegos todos los aparatos son Janssen-Fritsen menos el suelo, que es Gymnova, una marca diferente a lo que está acostumbrado el equipo español. Por eso, han estado entrenándose en la sala de las chicas, un piso más arriba en el CAR de Madrid, cuyo tapiz es de esa marca. “Es más dura y rápida”, dice Siscar. “Creo que se han equivocado, con la Janseen-Fritsen podríamos haber hecho más dificultad. El Gymnova es una piedra, tienes que dejarte el alma en cada salto”, piensa Zapata, que se dejará el alma y lo que haga falta para llegar a la final del día 14.
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