_
_
_
_

El rescate de las autopistas de la Generalitat costaría 2.544 millones

Un informe encargado por la Generalitat pone precio a la reversión de las concesionarias

Dani Cordero
Imagen de archivo del peaje de Martorell (Barcelona).
Imagen de archivo del peaje de Martorell (Barcelona).Toni Garriga (Efe)

Un informe encargado por el Departamento de Territorio a la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) cifra entre 2.544 y 2.770 millones de euros el coste que supondría rescatar los 200,7 kilómetros de las cuatro concesionarias de autopistas de peaje titularidad de la Generalitat, propiedad, casi en su totalidad, de Abertis. La cifra podría ser algo inferior por los cambios introducidos en el contrato de concesión de Autema. El autor destaca que, más allá del rescate, se deberían asumir otros costes: de conservación y mantenimiento; de la plantilla y una posible reducción de la recaudación fiscal.

Los cálculos elaborados por el profesor de la UPC Àlvar Garola incluyen los tramos de las autopistas C-16, C-32 y C-33, todas ellas con barreras de peaje y de titularidad de la Generalitat. Quedan excluidas otras vías concesionadas —con fórmulas como el peaje en la sombra, con el que es la Administración la que paga directamente al operador— y las autopistas AP-2 y AP-7, propiedad del Estado y “auténticos ejes vertebradores de la red viaria catalana”, según recoge el documento. La elaboración del estudio recoge un mandato que el Departamento de Territorio le hizo llegar en abril y que el consejero Santi Vila hizo público el 9 de julio. Pocos días después lo recibía.

Más información
Dos jueces rechazan el acuerdo de rescate de las autopistas quebradas
El Gobierno lanza el rescate de las autopistas con una quita del 50%
El Supremo rechaza compensar por falta de tráfico a autopistas de peaje

El cálculo de un supuesto rescate no presupone una intencionalidad del Gobierno de asumir la explotación de esas infraestructuras. Hace menos de tres años privatizó los túneles de Vallvidrera y del Cadí, necesitado de recursos económicos. Vila se ha manifestado siempre como un defensor de la colaboración público-privada y del pago por uso. Asimismo, los costes revelados por la Evaluación del coste de rescate de las concesiones de las autopistas y vías en régimen de peaje de la Generalitat son altos y casan poco con las dificultades financieras por las que atraviesan las arcas autonómicas. La franja más baja del cálculo es equivalente a poco menos de un tercio del presupuesto anual del Departamento de Salud de la Generalitat (8.300 millones).

Tras utilizar diferentes métodos de cálculo, el informe opta por escoger la horquilla que oscila entre los 2.544 millones y los 2.770 millones de euros. La primera cifra surge tras aplicar un método de cálculo basado en el patrimonio neto y el flujo libre de caja de cada concesionaria y la segunda es el resultado de utilizar el método de la inversión neta y el lucro cesante a partir de los beneficios de explotación de los últimos cinco años. Esa sería la más aproximada al marco de indemnizaciones que marca la ley de contratos públicos, que obliga a compensar al concesionario por las obras e instalaciones construidas y por los daños y perjuicios causados, incluidos los beneficios futuros que dejaría de percibir, un cálculo basado los últimos cinco años.

855 millones de beneficios en cinco años

El informe recoge los beneficios operativos de las cuatro concesionarias durante los últimos cinco años (en el caso de los túneles de Cadí y Vallvidrera solo toma los dos últimos ejercicios). La cifra conjunta es de 855,3 millones de euros. Invicat logró 290 millones, la que más. Pero la que más gana por kilómetro es Autema: 6,2 millones cada lustro. Le sigue Aucat, con 5,5 millones por cada mil metros.

El cálculo para Autema, la concesionaria de la C-16 entre Sant Cugat del Vallès, Terrassa y Manresa, difiere al regirse por otro tipo de concesión, que establecía un sistema de compensación que sufragaba la Generalitat si no se alcanzaba una intensidad de tráfico mínima fijada en el contrato. Su rescate sería de 776 millones, pero el cambio del contrato de concesión aprobado por el Gobierno catalán en julio pasado previsiblemente abarataría ese coste.

La extinción de contrato más cara para la Generalitat sería la de Aucat, que gestiona el tramo sur de la C-32, entre Castelldefels y El Vendrell. Sus 49,6 kilómetros, algunos de ellos con túneles que horadan el macizo del Garraf, saldría por entre 902 y 945 millones de euros. Después irían los túneles de Vallvidrera y del Cadí, 39 kilómetros de la C-16 privatizados en 2012 por 430 millones. Recuperarlos supondrían entre 453 y 585 millones. Por Invicat (gestiona 57 kilómetros de la C-32 entre Montgat y Palafolls y 14 km de la C-33 entre Barcelona y Montmeló) se tendría que pagar entre 413 y 464 millones. Abertis sería el interlocutor en todos los casos y solo en el caso de Autema tendría que entrar en las negociaciones Ferrovial, accionista del 77% de la concesionaria.

El informe calcula que si la Generalitat asumiera la explotación de las vías afectadas, debería invertir entre 237 millones y 369 millones en mantenimiento, mientras que si tuviera que despedir a la plantilla, las indemnizaciones alcanzarían 34 millones.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_