Tigres y dragones se disputan el liderazgo
El velódromo asiático se ha llenado en esta década de competidores con capacidad de mantener e incluso de elevar el ritmo de la carrera que dirige el dragón chino, que, más que amenazado, se siente espoleado por el avance de los rivales. China, que en el segundo trimestre de 2010 sobrepasó a Japón para convertirse en la segunda economía del mundo, ha logrado consolidar las bases económicas de su crecimiento, si bien su empeño en espantar a los especuladores manteniendo firme las riendas de su moneda puede deteriorar sus relaciones con EE UU y la Unión Europea.
Estos años han sido para China una escalera en la que cada peldaño la alzaba al primer puesto: en exportaciones, en sacar de la pobreza a 300 millones de personas, en mercado automovilístico, en comprador de hierro y cobre, en reservas de divisas, en consumo de energía y, lo que es más importante, en el ser el primer país en salir de la crisis, gracias, según el consejero económico del Gobierno Fan Gang, a las "lecciones aprendidas".
Y no solo China. Después del fuerte revés que supuso para los países de la zona la crisis asiática de 1997, la práctica totalidad de ellos, según los expertos, ha tenido en esta última una rápida recuperación en V, que ha situado ya a sus economías por encima de las posiciones que tenían cuando estalló, aunque aparecen síntomas de ralentización.
Fan Gang sostiene que a China le quedan otros 10 ó 15 años de crecimiento sostenido en torno al 8% anual, siempre y cuando haga uso de las "lecciones aprendidas" e impida la formación de burbujas inmobiliarias y financieras, además de conseguir una mayor distribución de la riqueza que ponga freno al descontento social y a una eventual desestabilización del país.
Sin embargo, Kenneth Rogoff, profesor de la Universidad de Harvard y ex economista jefe del FMI, afirma que en China ya existe una burbuja inmobiliaria y que el "colapso" del mercado ha comenzado, lo que afectará a su sistema bancario. Muchos expertos también consideran que los factores que han impulsado el crecimiento chino en la pasada década se convierten en negativos en la que comienza. Después de 30 años de política de una familia, un hijo, la población china envejece. Además, el corsé político del régimen frena la iniciativa privada.
La gran sorpresa de esta década ha sido India que, pese a la dramática falta de infraestructuras, parece haber sentado las bases de un crecimiento suficientemente alto como para impulsar el despegue del país. El aumento del PIB este año podría superar el 8,5% y sobrepasar al chino en 2013. Al contrario que China, India cuenta con una población joven -la edad media de sus 1.200 millones de habitantes es 24,4 años- y una democracia muy participativa.
Según The Economist, las economías del dragón y el tigre se complementan de tal manera que se podría hablar de Chindia. El primero es muy fuerte en manufacturas y el segundo en servicios, especialmente en tecnología de la información -China, la fábrica del mundo, e India, la oficina-. Parten de modelos económicos totalmente distintos: el desarrollo chino lo impulsa el Gobierno y el indio, la muy activa sociedad civil. El comercio bilateral entre los dos gigantes se multiplicó por seis en la pasada década, hasta alcanzar los 43.000 millones de euros en 2009, y sigue creciendo.
Los 10 miembros de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático -especialmente Myanmar, asentada entre India y China y cortejada por ambas por la riqueza de sus recursos naturales- son también grandes corredores en el velódromo asiático.
Gran futuro
- El poderío económico de China e India opaca el intenso progreso del resto de la región.
- China ha superado a Japón como segunda economía mundial, pero su población envejece.
- India ha sido la gran sorpresa de la década, pese a la falta de infraestructuras.
- China es la fábrica del mundo; India es la oficina.
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