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Los estudiantes de los institutos se suman a la protesta social en Francia

Los paros en las refinerías amenazan con provocar escasez de combustible

Antonio Jiménez Barca

El movimiento de protesta contra la reforma de las jubilaciones propugnada por Nicolas Sarkozy ha tomado dos direcciones imprevisibles y arriesgadas para el Gobierno francés: una es la huelga, renovada cada 24 horas, en determinados sectores clave. Uno de ellos es el de las refinerías, que afecta a 10 de las 12 plantas que hay en Francia. La otra deriva un tanto incontrolable que ha tomado la protesta es la inesperada, repentina, decidida y creciente incorporación de estudiantes de instituto al movimiento.

Ayer fueron cerca de 500 los institutos afectados de alguna forma. Muchos de ellos se encontraban bloqueados por los mismos estudiantes, que impedían la entrada a alumnos y profesores. Se suceden las manifestaciones en la calle, tanto en París como en Burdeos, Rennes, Toulouse o Lille, entre otras ciudades. Ya se han producido enfrentamientos entre la policía y algunos jóvenes en Montreuil, en la región de Seine-Saint-Denis, en las afueras de París.

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Precisamente desde Seine-Saint-Denis llegó ayer Elodie Roblet, que se sumó a la manifestación celebrada cerca del Campo de Marte, en París. Es una estudiante de último año de bachillerato, participó por la mañana en el bloqueo de su propio instituto y resumía así sus razones para protestar, a los 18 años, por un proyecto de ley que retrasará dos años la edad de jubilación, de los 60 a los 62: "Cuanto más tarde se jubile la gente, menos esperanza tendremos nosotros de encontrar un trabajo. Además, defiendo una jubilación que, si no se lucha, va a desaparecer, y también lucho por los derechos de mis padres".

Elodie y los suyos paralizaron de golpe el tráfico de la avenida Bousquet, cerca de la Escuela Militar, al pie de la Torre Eiffel, y comenzaron después a desfilar hacia el Sena entre gritos anti-Sarkozy y antirreforma. Varios miembros del Gobierno han acusado a la izquierda de espolear a los jóvenes y de instrumentalizar el movimiento juvenil a su favor.

Muchos se acuerdan de las protestas estudiantiles de 2005, que hicieron retirar al Gobierno del primer ministro Dominique Villepin una también polémica ley de contratación laboral. El mismo De Villepin lo reconocía el martes en televisión: "Hay que sacar lecciones de la experiencia".

Mientras, el presidente de la Unión Francesa de las Industrias Petroleras, Jean-Louis Schilansky, viendo que la huelga se puede alargar, ha pedido al Gobierno que desbloquee parte de las reservas estratégicas debido a que las gasolineras cuentan, en la actualidad -según Schilansky-, con depósitos para 10 días solamente.

Los sindicatos, además de recordar que mañana hay organizada una jornada de protesta, anunciaron la convocatoria de otra nueva para el martes 19. Desde el otro lado, el Gobierno no da ninguna señal de ceder. Sarkozy, ayer, en una visita a Gironde, sin aludir en concreto al proyecto de ley, afirmó: "No estoy obsesionado con las reformas, pero yo tengo la responsabilidad de conducir la quinta economía del mundo. En un mundo que se mueve, no nos podemos quedar inmóviles".

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Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

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