Día de miedo, saqueos y disturbios en Túnez
Decenas de muertos en el incendio de una prisión en Monastir, al sureste del país.- Las Fuerzas del Orden no consiguen evitar el pillaje en los comercios ni la sensación de inseguridad entre la población
La situación aún está lejos normalizarse en Túnez, donde el miedo y los disturbios, que se han extendido a las prisiones de todo el país, marcan la realidad en el primer día tras la marcha de Ben Ali. Todos los barrios que rodean Túnez, la capital del país homónimo, han vivido una noche de caos. Esta mañana era habitual ver tiendas, supermercados y hasta las sedes del partido oficial completamente calcinados. Aparentemente solo se salvaban de las quemas y saqueos los concesionarios de coches, que ante la previsión de disturbios fueron vaciados y se mostraban hoy completamente desprovistos de vehículos.
Tampoco es fácil acceder a algunas zonas. Decenas de jóvenes armados con cuchillos y palos vigilaban esta mañana la entrada al suburbio de Den Den, al oeste de la ciudad. Tratan así de proteger sus casas ante la ausencia de fuerzas del orden, cuya presencia es casi anecdótica en muchos barrios de las afueras de la ciudad, incluso en algunos que sirven de residencia a clases altas, en contraste con lo que sucede en el centro.
Entre los incidentes más destacados, la gente relata el paso de coches con personas armadas que disparan aleatoriamente contra la población. Todo apunta a que se trata de esbirros del régimen del depuesto presidente Ben Ali que pretenden abonar una sensación de inseguridad, según han reconocido altos mandos militares. Más claro ha sido el analista Taufik Ayachi en declaraciones a la agencia Reuters: "Con toda seguridad la policía presidencial está detrás. Todavía esperan recuperar el poder", ha dicho. Además, en las últimas horas ha corrido el rumor entre la población de que grupos afines al régimen estarían tramando envenenar los depósitos de agua, que es imposible encontrar embotellada en los comercios.
En general, la población tunecina detesta a la policía casi tanto como aprecia al Ejército. En las calles del centro de la ciudad, donde la presencia militar ha aumentado cualitativamente y es frecuente ver tanques armados con metralleta, no es difícil ver a ciudadanos abrazándose a los soldados. La respuesta de estos últimos ante las escenas de pillaje en tiendas u otros percances es disparar al aire para dispersar a la gente, aunque por momentos parecen desbordados ante la acumulación de incidentes.
Con todo, lo más grave se ha vivido en las prisiones. Decenas de presos han muerto y varios han huido durante un incendio en una cárcel de Monastir, 165 kilómetros al sur de la capital. Los presos han prendido fuego a los colchones y las llamas se han extendido por el edificio. Según France Presse, los muertos serían al menos 42. Algunos fallecidos podrían haber muerto por disparos de la policía, que intentaba evitar su fuga, según testigos presenciales citados por Reuters.
También en las prisiones de las regiones de Gafsa y Kaserín (en el centro-oeste del país) y en las de Bicerta y Mornaguía (al norte) se han producido motines e incendios durante la pasada noche y esta mañana, según fuentes gubernativas. En Gafsa y Kaserín las revueltas han sido controladas mientras que en la cárcel de Bicerta, al noroeste de Túnez, y en la de Mornaguía, a 17 kilómetros de la capital, decenas de presos han conseguido escapar, según relata Reuters.
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