La subasta de energía apunta a una fuerte subida de la luz en enero
El recibo podría encarecerse hasta el 10% por las ayudas al carbón y los incentivos al mantenimiento de centrales - El precio del kilovatio sube un 4,5%
El recibo de la luz va a subir con fuerza el 1 de enero. Con las matemáticas en la mano, en torno al 10% para los más de 20 millones de usuarios acogidos a la llamada tarifa de último recurso (TUR). Pero la decisión final corresponderá al Ministerio de Industria, que este año 2010 ya aprobó subidas del recibo del 2,67% en enero y del 4,8% en octubre. En julio, además, subió el IVA aplicable a la factura eléctrica del 16% al 18%.
La fuerte subida que se anuncia para 2011 es el resultado de la subasta de energía (CESUR) que se celebra cada tres meses para fijar los precios que se aplican a los consumidores con menos de 10 kilovatios de potencia contratada. La celebrada ayer se cerró con subidas del 4,5% en su parte fundamental (producto base, 4.000 megavatios a 49,07 euros megavatio-hora). Pero el precio del megavatio es solo una parte de la fórmula. Si se suman todos los componentes (pagos por capacidad, incentivos a la disponibilidad de las centrales y factor de apuntamiento) la subida de la parte del recibo ligada a la energía llega al 21%. Como Industria ha decidido no tocar la parte regulada del recibo, los llamados peajes de acceso, que suponen aproximadamente un 45% de la factura final, la subida, con la norma aplicable en la mano, rondaría el 10%. Para un usuario medio, el aumento supondría en torno a cuatro euros mensuales.
En 2010 la factura aumentó en dos ocasiones y el IVA pasó del 16% al 18%
La subida del recibo, siempre que el Ministerio de Industria se atenga estrictamente a la fórmula que marca la legislación, acusa en esta ocasión el aumento de los llamados pagos por capacidad. Crecen hasta un 72% por las ayudas aprobadas para el consumo de carbón nacional. Son 700 millones de euros que se suman a los incentivos por disponibilidad, o lo que es lo mismo, los pagos para compensar tener abiertas centrales de generación que funcionan poco porque las energías renovables cubren parte de la demanda, pero que son fundamentales para garantizar el suministro cuando no sopla el viento. Además, cuentan otros factores de ajuste. Todos ellos dan ese resultado de aumento del 10% que las empresas reclaman.
Fuentes del sector destacaban ayer que, pese al incremento de precios registrado en la subasta de ayer (49,07 euros por megavatio-hora para el producto base y 53,99 euros para 306 megavatios de producto punta), el precio de la electricidad en España todavía está lejos de los que se registran en otros mercados, como Reino Unido (60 euros megavatio-hora; Francia, 57 euros, o Italia, 67).
Frente a las tesis de las empresas, las organizaciones de consumidores e incluso la Comisión Nacional de la Energía (CNE) cuestionan algunos de los puntales que han levantado el gran andamio tarifario. Sencillamente, el ciudadano de a pie, que ve cómo se encarece el recibo cada tres meses, no entiende que las empresas se quejen porque no ingresan lo que les cuesta generar la energía.
Esta cuestión, la del llamado déficit tarifario (14.600 millones de deuda acumulada en los últimos años y reconocidos a las empresas) es la que está detrás de toda la polémica en el sector. Sencillamente, el déficit embalsado ha llegado a tal punto que las empresas temen por su estabilidad. Aunque Industria ha dado todos los pasos necesarios para colocar esa deuda en el mercado con aval del Estado, titulizándola, la situación de los mercados financieros ha impedido iniciar el proceso.
Ante ese panorama, las agencias de calificación de riesgo rebajan las notas de las eléctricas, lo que encarece su financiación. El resultado es que Industria no tiene argumentos para oponerse a las demandas del sector. Menos aún cuando por ley está obligado a eliminar cualquier déficit del sector eléctrico en 2013. Lo curioso del asunto es que, decida lo que decida para enero, ya sea subir el recibo un 10% o por debajo de ese porcentaje, el déficit tarifario seguirá creciendo. Porque los peajes de acceso, que cubren entre otras cosas el transporte y la distribución eléctrica, permanecen congelados.
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